En este vídeo hay un cuento de veinte lineas o una novela de trescientas páginas pero el narrador ha optado por el silencio.
Lo firma Stan Brakhage y se titula "The act of seeing with one´s own eyes" (El acto de ver por sí mismo)
Sobre la mesa del depósito de cadáveres no vemos la historia de un hombre ni la buena o la mala vida de una mujer sino el trabajo de un agrimensor del cuerpo que sólo se interesa por las medidas de las extremidades y el peso de los órganos. No nos cuenta, por tanto, si estamos ante un psicópata, un abogado del estado o una ejecutiva agresiva; nada nos indica si alguno de ellos tuvo una vida desordenada, si les gustaba viajar, leer, ver películas, masturbarse en el baño o jugar con un dildo a pilas en días señalados.
Los únicos seres vivos, los forenses, observan, miden, tocan, abren, diseccionan, extraen, etiquetan y apuntan.
En este vídeo nosotros sólo somos los convidados de piedra ante la fría y silenciosa realidad de la muerte.
Lo firma Stan Brakhage y se titula "The act of seeing with one´s own eyes" (El acto de ver por sí mismo)
Sobre la mesa del depósito de cadáveres no vemos la historia de un hombre ni la buena o la mala vida de una mujer sino el trabajo de un agrimensor del cuerpo que sólo se interesa por las medidas de las extremidades y el peso de los órganos. No nos cuenta, por tanto, si estamos ante un psicópata, un abogado del estado o una ejecutiva agresiva; nada nos indica si alguno de ellos tuvo una vida desordenada, si les gustaba viajar, leer, ver películas, masturbarse en el baño o jugar con un dildo a pilas en días señalados.
Los únicos seres vivos, los forenses, observan, miden, tocan, abren, diseccionan, extraen, etiquetan y apuntan.
En este vídeo nosotros sólo somos los convidados de piedra ante la fría y silenciosa realidad de la muerte.
Felipeángel (c)
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