viernes, septiembre 05, 2008

PECES NEGROS

Hace diez años escribí este artículo que publicó el Diario de Alcalá el 8 de abril de 1998. En él hablaba de los dos millones de parados que había entonces, situación que ha vuelto a repetirse, con mayor virulencia, diez años después. Lo creo, por tanto, de actualidad con el único inconveniente de que, en aquellas fechas se estaba produciendo un repunte de la contratación y en éstas es todo lo contrario.


" PECES NEGROS "

Dijo Pirandello que el hombre es "un pez que grita" y Ramón, el de las Varguardias, lo imaginó negro en una pecera blanca o transparente, acuñando así el contraste por excelencia, el juego de los contrarios, el tablero de ajedrez donde los hombres se juegan la vida.
Hace cien años al grito cruel de la guerra se le unió la bulla y el clamoreo de un país famélico y oprimido y, un siglo después, tenemos una sociedad de consumo y dos millones de parados, dos millones de peces negros que gritan en busca de autor, sin más horizonte a la vista que el de un futuro hipotecado e incierto.
Contraponiendo la poética del abandono y el desarraigo vital a la demagogía del triunfalismo y el crecimiento sostenido cuesta poco imaginarse a España como un gran acuario en cuyo fondo ajedrezado hay dos millones de peceras mientras, a su alrededor, nadan libres peces gordos y chicos de todos los colores y condición.
Si bien es cierto que ninguno está a salvo de los depredadores, los forajidos o los miserables, la libertad de movimientos y la sensación de armonía que trasmiten los que nadan a sus anchas contrasta con la inquietud y la angustia de ese enorme número de peces atrapados en las peceras del paro, sin perspectivas, sin porvenir, tal vez con hambre.
Febrero, no obstante, dicen que ha sido un mes bueno. Según las estadísticas, 20.999 personas se han incorporado a la representación, han encontrado su sitio y su lugar, su obra y su personaje. Los sindicatos de trabajadores comienzan a darse cuenta de que también son sindicatos de parados y crean registros de demandantes de empleo para protegerlos y defenderlos; en Francia, se manifiestan; en Alemania, fundan un partido que llaman de "la Última Oportunidad", dirigido a los que no tienen trabajo, no tienen casa, o no tienen salud porque se drogan.
El deseo común es que los peces negros sean liberados, definitivamente, de la cárcel de su peceras y que, en el gran teatro de la vida, desaparezca, para siempre, ese aviso que tanto se parece al que colgó Pirandello en la puerta de su estudio y que decía:
"QUEDAN SUSPENDIDAS LAS AUDIENCIAS A TODOS LOS PERSONAJES, HOMBRES Y MUJERES, DE CUALQUIER RANGO, DE CUALQUIER PROFESION, QUE HAYAN FORMULADO SOLICITUD Y PRESENTADO TÍTULOS PARA SER ADMITIDOS EN CUALQUIER NOVELA O CUENTO", porque todos tenemos derecho a un puesto de trabajo, a un papel en la gran novela de la vida, a un personaje en busca de autor.

Felipeángel (c)

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