"Contra la seriedad"Cierto cordero infeliz,
para aliviar sus pesares,
pidió un consejo al más serio
de todos los animales.
Creyó que el burro era un sabio
al mirar su aspecto grave,
y confióle sus penas
buscando alivio a sus males.
Oyó el burro la consulta
con gravedad inmutable,
y soltando un par de coces
dio con el cordero al traste.
El que busca inteligencia
en la seriedad, no sabe
que los que jamás se ríen
despiden coces a pares.
WENCESLAO AYGUALS DE IZCO (Vinaroz, 1801- Madrid,1873)
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