"En un principio, esta escultura fue concebida para formar parte de una puerta monumental, La Puerta del Infierno, destinada a su vez a un futuro museo de artes decorativas. Colocada en el centro del tímpano, representaba a Dante, al poeta, al creador, meditando sobre su obra. La pieza fue posteriormente aislada de dicho contexto y se expuso por primera vez en 1888, luego fue ampliada y tomó el nombre de El Pensador.
El cuerpo, tenso, "parece haberse convertido en cerebro" hasta los mismos dedos de los pies, agarrados al borde de la roca. La totalidad del cuerpo del pensador refleja la actividad del pensamiento, que se expresa a través de cada uno de los músculos perceptibles bajo la piel...."
(Del folleto informativo de Caixaforum)
Salvador Dalí decía que, para él, "El pensador" era la representación de un hombre cagando. Lo parece; sin embargo, hay que tener en cuenta la mirada escatológica del pintor, muy presente en su obra, sobre todo en los excitados días en que conoció a Gala, la mujer, por aquel entonces, de Paul Élouad.
Podría ser las dos cosas: un hombre desnudo que piensa mientras expele el excremento por el ano- grato esfuerzo, mental y físico, que nos transmite su extraordinaria musculatura- o no.
Aunque la simbología es aceptable, lo cierto es que uno se suele poner tenso cuando caga y no cuando piensa; sobre todo si se padece extreñimiento; en ese caso, el cuerpo colabora con todas sus fuerzas. De modo que podemos estar delante de "El pensador" que no piensa; o de "El pensador" en posición de espera; o de "El pensador" que rememora todo lo que ha comido y bebido durante el día, pegado a la taza del water sin una maldita revista que hojear, sin un sudado Game Boy con el que echar una partida, o sin el reproductor de mp3 machacándole los oídos.
Nosotros hemos hecho el esfuerzo de imaginárnoslo en semejante trance y nos ha salido este "Pensador playero", al que parece haberle dado un apretón junto a las rocas.
Felipeángel (c)
Fotomontaje: Raquel (c): "El cagador playero"
El cuerpo, tenso, "parece haberse convertido en cerebro" hasta los mismos dedos de los pies, agarrados al borde de la roca. La totalidad del cuerpo del pensador refleja la actividad del pensamiento, que se expresa a través de cada uno de los músculos perceptibles bajo la piel...."
(Del folleto informativo de Caixaforum)
Salvador Dalí decía que, para él, "El pensador" era la representación de un hombre cagando. Lo parece; sin embargo, hay que tener en cuenta la mirada escatológica del pintor, muy presente en su obra, sobre todo en los excitados días en que conoció a Gala, la mujer, por aquel entonces, de Paul Élouad.
Podría ser las dos cosas: un hombre desnudo que piensa mientras expele el excremento por el ano- grato esfuerzo, mental y físico, que nos transmite su extraordinaria musculatura- o no.
Aunque la simbología es aceptable, lo cierto es que uno se suele poner tenso cuando caga y no cuando piensa; sobre todo si se padece extreñimiento; en ese caso, el cuerpo colabora con todas sus fuerzas. De modo que podemos estar delante de "El pensador" que no piensa; o de "El pensador" en posición de espera; o de "El pensador" que rememora todo lo que ha comido y bebido durante el día, pegado a la taza del water sin una maldita revista que hojear, sin un sudado Game Boy con el que echar una partida, o sin el reproductor de mp3 machacándole los oídos.
Nosotros hemos hecho el esfuerzo de imaginárnoslo en semejante trance y nos ha salido este "Pensador playero", al que parece haberle dado un apretón junto a las rocas.
Felipeángel (c)
Hola Raquel.
ResponderEliminarTe ha quedado El Pensador, un pelín escatológico, pero también esa es la realidad cotidiana de la vida.
Un abrazo.