Hoy, junto con 16 espectadores más, he asistido a la proyección de "Mentiras y gordas", una película española que retoma el cine del destape, tan habitual en el postfranquismo, con la salvedad de que no tenemos en pantalla ni a Alfredo Landa ni a todas aquellas actrices que nos enseñaron la primera teta, sino a un ramillete de jóvenes actores que hoy en día triunfan en algunas series de televisión.
El cóctel es sencillo: mucho sexo, lo exiga o no el guión , con un pobre vocabulario, muy en la linea del que utilizan tantos chavales monosilábicos en sus conversaciones; drogas a porrillo, en vez del whisky de garrafa que le ponian en los puticlubs a Mariano Ozores en aquellas entrañables películas; y un argumento anodino que lo mismo puede durar dos horas que tres o que cuatro o que ...etc.
Esta alegría para los ojos esta dirigida por Alfonso Albacete y David Menkes, coguionistas, junto con Angeles Gónzalez-Sinde, actual Ministra de Cultura, del film.
No se si tiene algún mensaje. Todos se drogan, follan sin condón y, para una que toma la píldora, la deja su novio porque se ha puesto gorda. El que no termina de salir del armario, con todas las facilidades que hay ahora, acaba muriendo de sobredosis, dándonos un final apoteósico, a cámara lenta y con música de ópera, para realzar, más aún si cabe, la estupidez y el delirio de esa pequeña pandilla de gilipollas.
No sabemos si todas estas ideas, que aparecen tan bellamente expresadas en la película, las pondrá en marcha la nueva Ministra; si hará campañas a favor de la droga; si se pondrá al lado de la Conferencia Episcopal para que nuestros jóvenes tengan relaciones sexuales libres y sin condón; si censurará a los gays o si seguirá subvencionando este landismo juvenil y porreta para que no se pierda la idiosincrasia de nuestro mejor cine.
Felipeángel (c)
El cóctel es sencillo: mucho sexo, lo exiga o no el guión , con un pobre vocabulario, muy en la linea del que utilizan tantos chavales monosilábicos en sus conversaciones; drogas a porrillo, en vez del whisky de garrafa que le ponian en los puticlubs a Mariano Ozores en aquellas entrañables películas; y un argumento anodino que lo mismo puede durar dos horas que tres o que cuatro o que ...etc.
Esta alegría para los ojos esta dirigida por Alfonso Albacete y David Menkes, coguionistas, junto con Angeles Gónzalez-Sinde, actual Ministra de Cultura, del film.
No se si tiene algún mensaje. Todos se drogan, follan sin condón y, para una que toma la píldora, la deja su novio porque se ha puesto gorda. El que no termina de salir del armario, con todas las facilidades que hay ahora, acaba muriendo de sobredosis, dándonos un final apoteósico, a cámara lenta y con música de ópera, para realzar, más aún si cabe, la estupidez y el delirio de esa pequeña pandilla de gilipollas.
No sabemos si todas estas ideas, que aparecen tan bellamente expresadas en la película, las pondrá en marcha la nueva Ministra; si hará campañas a favor de la droga; si se pondrá al lado de la Conferencia Episcopal para que nuestros jóvenes tengan relaciones sexuales libres y sin condón; si censurará a los gays o si seguirá subvencionando este landismo juvenil y porreta para que no se pierda la idiosincrasia de nuestro mejor cine.
Felipeángel (c)
Muy buena entrada, amigo Felipe.Estoy de acuerdo contigo en todo, pero me hace pensar que quizá nos estemos haciendo viejos cascarrabias.
ResponderEliminarNo, amigo Niknik, no lo creo.
ResponderEliminarSi me dicen que voy a ver una historia de sexo, drogas y música a tope puede que se trate de una obra maestra- "Arrebato", por ejemplo, de Iván Zulueta- o de este bodrio, en el que la única que se salva es Ana de Armas, que no necesita hablar para llenar la pantalla.
un abrazo.