En agua de colonia
bañaba a su marrano doña Antonia
con empeño ya tal, que daba en terco;
pero, a pesar de afán tan obstinado,
no consiguió jamás verle aseado,
y el marrano en cuestión fue siempre puerco.
Es luchar contra el sinocon que vienen al mundo ciertas gentesquerer hacerlas pulcras y decentes:el que nace lechón, muere cochino.Miguel Agustín Príncipe
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