Un soldado fue alojado en un pueblecito en casa de la alcaldesa, que lo recibió muy mal.
-Hágame V. el favor -le dijo el soldado- de despertarme a las tres, que tenemos que marchar.
A lo que le contestó su patrona con mal gesto señalándole hacia un gallo y dos gallinas que, colocadas las unas debajo del otro, estaban sobre dos palos atravesados:
-Ahí tiene V. el reloj, que lo despertará, porque en punto de las tres canta.
Y así sucedió; el soldado se levantó, cargó con el gallo y las gallinas, y dejando escrito con un carbón en la pared de la cocina:
"Con Dios, señora alcaldesa,
que me llevo el reloj y las pesas."
( FERNÁN CABALLERO: "Cuentos y Poesías populares andaluces" )
-Hágame V. el favor -le dijo el soldado- de despertarme a las tres, que tenemos que marchar.
A lo que le contestó su patrona con mal gesto señalándole hacia un gallo y dos gallinas que, colocadas las unas debajo del otro, estaban sobre dos palos atravesados:
-Ahí tiene V. el reloj, que lo despertará, porque en punto de las tres canta.
Y así sucedió; el soldado se levantó, cargó con el gallo y las gallinas, y dejando escrito con un carbón en la pared de la cocina:
"Con Dios, señora alcaldesa,
que me llevo el reloj y las pesas."
( FERNÁN CABALLERO: "Cuentos y Poesías populares andaluces" )
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