La Iglesia pide perdón por la mala conducta de los curas pederastas pero no lo hace por los que violaron monjas, durante años, en las misiones africanas. Ahora este cartel publicitario, que incluímos en una entrada de Hormigaciones el pasado 7 de agosto, ha sido retirado en Inglaterra por la ASA (Advertising Standards Authority), por considerarlo ofensivo, coincidiendo con la visita del Papa Benedicto XVI.
Una vez más, contra la buena publicidad se impone la hipocresía y el mantenimiento de una doble moral que sigue minando los cimientos de esta institución como un ácido corrosivo. Cuando algo es bueno, en este caso un helado, se dice que es bocata de cardinale o teta de novicia, y el anuncio sugiere esto y mucho más, pues ha sido concebido inmaculadamente.
A mí la imagen me parece hermosa y sugerente; incluso provocativa, porque puede terminar planteándonos otras preguntas que están al cabo de la calle en nuestra sociedad actual. Es hipócrita seguir manteniendo el celibato, que no es una idea sacada de los Evangelios; es hipócrita seguir negando el sacerdocio a las mujeres, que siempre estuvieron al lado de Jesús y que trasmitieron su palabra y su bondad; es hipócrita concebir el sexo como pecado y peligroso el voto de castidad, que reprime los deseos y lleva a conductas que, vividas de forma natural, no se considerarían inconvenientes, anómalas, o nocivas.
La Iglesia Católica debe replantearse muy seriamente su futuro; la fe mueve montañas pero la verdad, vivir la religión de forma sincera, no debe ir contra los hábitos normales de la vida, en la que los fieles y los religiosos no son muy diferentes entre sí. El amor y el sexo forman parte de la naturaleza humana y hay que dejar de verlo bajo la lupa de la indignidad y el pecado. Sólo así, eliminando lo que la destruye y adoptando lo que la reaviva, será posible que crezca en una sociedad donde muchos de los valores que dieron sentido a nuestras vidas se están perdiendo.
Felipeángel (c)
Una vez más, contra la buena publicidad se impone la hipocresía y el mantenimiento de una doble moral que sigue minando los cimientos de esta institución como un ácido corrosivo. Cuando algo es bueno, en este caso un helado, se dice que es bocata de cardinale o teta de novicia, y el anuncio sugiere esto y mucho más, pues ha sido concebido inmaculadamente.
A mí la imagen me parece hermosa y sugerente; incluso provocativa, porque puede terminar planteándonos otras preguntas que están al cabo de la calle en nuestra sociedad actual. Es hipócrita seguir manteniendo el celibato, que no es una idea sacada de los Evangelios; es hipócrita seguir negando el sacerdocio a las mujeres, que siempre estuvieron al lado de Jesús y que trasmitieron su palabra y su bondad; es hipócrita concebir el sexo como pecado y peligroso el voto de castidad, que reprime los deseos y lleva a conductas que, vividas de forma natural, no se considerarían inconvenientes, anómalas, o nocivas.
La Iglesia Católica debe replantearse muy seriamente su futuro; la fe mueve montañas pero la verdad, vivir la religión de forma sincera, no debe ir contra los hábitos normales de la vida, en la que los fieles y los religiosos no son muy diferentes entre sí. El amor y el sexo forman parte de la naturaleza humana y hay que dejar de verlo bajo la lupa de la indignidad y el pecado. Sólo así, eliminando lo que la destruye y adoptando lo que la reaviva, será posible que crezca en una sociedad donde muchos de los valores que dieron sentido a nuestras vidas se están perdiendo.
Felipeángel (c)
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