SKYLINE

Coge un poquito de Alien, otro poco de Parque Jurásico, otro poco más de La Guerra de los Mundos y una pizquita de Matrix; lo hechas todo en una coctelera cinematográfica con un guión infumable, unos actores pésimos y una historia trillada; lo remueves bien para que salten chispas de indignación o espuma de rabia y el resultado será, muy probablemente, un bodrio llamado Skyline.
Hoy siento que he tirado siete euros a la basura, que he desperdiciado cien minutos de mi vida, que me he dejado llevar por un cartel bonito y un nombre sugerente. Poco más; luego dirán que la gente se está cargando la industria del cine porque se bajan películas de Internet; no, es esta basura cinematográfica la que pone en peligro la industria y hace que los espectadores dejen de acudir a las salas de proyección.
Estoy seguro de que existen muchas películas mejores que ésta que podrían proyectarse en los cines de estreno y no lo hacen porque los distribuidores prefieren sacarnos los cuartos con efectos especiales; bien, unos efectos especiales sin historia se quedan en nada; no todo el cine norteamericano es bueno, ni mucho menos, y, a veces, conviene arriesgar con otras propuestas cinematográficas más cercanas, como la española, la francesa o la italiana, sin ir más lejos.
Ese debe de ser nuestro auténtico skyline, la linea del cielo cinematográfico que nos ilusione en el patio de butacas como la primera vez que vimos una imagen en la pantalla y nos arrebató.

Felipeángel (c)