Vivir también es caro, sobre todo en una sociedad de consumo, pero hacerlo como el lector tipo que suele suscribirse a este periódico lo es mucho más; así que lo que parece sugerir esta página, el mensaje subliminal que esconde, es que no podemos olvidarnos de los que sufren, de los que pasan hambre, de los que están sin trabajo y solo reciben 400 euros al mes; que podemos ser buenos católicos, buenos padres y excelentes ciudadanos, con una economía saneada y un buen plan de pensiones con el que afrontar los venideros años de la vejez, pero que a nuestro alrededor hay personas que tienen que ir cada día a los comedores sociales, o que, fuera de nuestro país, existen niños malnutridos que no van al colegio, ni saben lo que es un móvil ni visten a la última con ropa de marca. Si no los ayudan , unos y otros, los de dentro y los de fuera, pueden cruzar la linea que les separa de la vida y la muerte en cualquier momento.
Hay que practicar, por tanto, la caridad cristiana, mitigando la pobreza a la puerta de una iglesia o ingresando unos euros en las cuentas corrientes de estas ONG´S; sólo así ganarán un lugar en el corazón de los hombres, una esquela futura en el ABC, y un asiento divino en la platea del cielo.
Felipeángel (c)
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