Aunque parezca broma,
conviniéronse un hombre y un borrico
en enseñarse el respectivo idioma;
y el burro...¡suerte impía!
no aprendió ni un vocablo solamente
en dos años de estudio y de porfía,
entretanto que el hombre en solo un día
aprendió a rebuznar perfectamente.
No trates con el bruto ni un minuto
pues no conseguirás la alta corona
de hacerle tú persona,
y puede suceder que él te haga bruto.
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