lunes, noviembre 19, 2012

PESPUNTES: "ADIÓS A MILIKI"

Nos vamos quedando sin payasos; algunos creen que hay una escuela en la Carrera de San Jerónimo pero esos alumnos aventajados en el arte de entretener a la gente, aunque se rían, -¿de qué coños se ríen?-, no nos hacen reír sino llorar; no tienen vis cómica sino un humor negro negrísimo como la bilis negra negrísima. Otros piensan que se encuentran en el circo mediático; se refieren a esos egocéntricos expertos en reírse de la gente, como el Sobera, el Valls, el Pablo Motos o el Gran Wyoming, pero ninguno de ellos le llega a la suela de los grandes zapatos a Miliki, el  último gran payaso, fallecido ayer de una neumonía. Miliki no se reía de la gente sino con la gente; para Miliki el humor era una cosa muy seria y era raro que no lograra sacarnos una sonrisa cuando lo veíamos por televisión; si Fofó te contaba las intimidades de Susanita con su ratón, Miliki te deseaba feliz cumpleaños en un tiempo en que las velas a veces alumbraban las oscuras tardes de invierno de nuestra adolescencia.
Miliki se ha ido y es como si se hubiera ido parte de nuestro pasado, del pasado de este país, que fue pobre, sí, pero llevó su pobreza con decencia, entre canciones pegadizas de los payasos de la tele y el contubernio judeo-masónico que no dejaba dormir a Franco. Algunos conducían un coche feo; otros saludaban a don José, que tenía todo el aspecto de trabajar en las oficinas del Servicio de Extensión Agraria,  y hubo quien   crio  una gallina tan ponedora como la de la canción   que todas las tardes se colaba en el cuarto de la tele  para ver las locuras de  la pobre  Caponata. 
Milikí ya no está y nos sentimos huérfanos en plena  crisis de los valores y de las ideas, sin payaso que nos haga olvidar, por un momento, las colas del paro, el deterioro político y el malestar general; hoy no estaremos mejor que ayer pero Miliki se merece que le dediquemos una sonrisa de despedida, una sonrisa sana y abierta por todos esos momentos en que supo hacernos un poco más felices a los ciudadanos de este vapuleado país.
Felipeángel (c)

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