lunes, enero 28, 2013

VERSO A VERSO: "¡QUÉ DESCANSADA VIDA!"



¡Qué descansada vida
la del que huye el mundanal ruido,
y en aldea escondida
forma parroquial nido
con ama y sobrinín recio y nutrido!

Del monte en la ladera
con ajeno sudor se agencia un huerto,
que por la primavera
a un bizco deja tuerto,
mostrando en lontananza fruto cierto.

Se sumerge en el río
cuando llegan los días del verano,
que al cuerpo infunde brío
ejercicio tan sano
lo mismo en Alcorcón que en Puertollano.

Después se da un paseo,
que su apetito aviva y acrecienta;
llega, deja el manteo,
y llama a su sirvienta
que sabrosas chuletas le calienta.

Bajo la verde parra
cuyas hojas la brisa blanca agita,
¡no es siesta la que agarra
el repleto curita!
¡Cada ronquido da, que Dios tirita!

En invierno sombrío
la helada escarcha en el cristal blanquea,
pero él no siente frío
viendo cómo chispea
la lumbre de su enorme chimenea.

Con buena mesa y cama
vive feliz el respetable cura
en unión de su ama,
amable criatura
que alegra sus momentos de amargura.

Si alguna vez decido
terminar esta mísera odisea
ya del mundo aburrido,
si alguien verme desea,
que me busque de cura en una aldea.

J. G. 

El Motín.- 25 de noviembre de 1909

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