Vean esta imagen. Acabo de tomarla de la retransmisión televisiva de la Cabalgata de Reyes que se celebra a esta hora en Madrid. Corresponde al Rey Baltasar, y no es negro.
El Ayuntamiento madrileño, siguiendo con una costumbre retrógrada y clasista, sigue encomendando a tres concejales los personajes de Gaspar, Melchor y Baltasar, ignorando por completo que tanto la sociedad madrileña como la española han cambiado de un modo radical y son miles los ciudadanos de otras razas que forman parte de ellas.
Hoy el Consistorio madrileño ha tenido una oportunidad única para demostrar al mundo que apuesta por la multiculturalidad y la integración, y no lo ha hecho. Le parece bien poner un negro a las puertas de cada centro comercial, ofreciendo La Farola a los viandantes, pero no consiente, ni por asomo, que ocupe el trono real de Baltasar en la Gran Cabalgata de hoy, que tiene como leitmotiv, !manda huevos!, la celebración del Año Internacional de Acercamiento a las Culturas.
Para colmo de coherencia ideológica el rey abetunado es el concejal del PSOE, Gabriel Calles, que, el día menos pensado nos soltará un discurso sobre la necesaria acogida a los inmigrantes etc. que, evidentemente, dado su curriculum, nos sonará a falso y gratuito, postizo y descorazonador. Mas o menos como el semblante que se le quedará al niño de turno que, !no lo quiera Dios!, terminará sentado en sus rodillas, decidido, en su candorosa inocencia, a pasarle los dedos por su cara ennegrecida por un impresentable maquillaje.
"!Qué horror! - pensará- los negros destiñen", y no, no son los honrados ciudadanos negros los que destiñen sino los vanidosos concejales blancos abetunados, que aún conservan muchas ideas propias de la España colonial.
A mi me parece que los políticos no deben dar lugar a esa clase de equívocos, a estas realidades virtuales que remiten a otros tiempos, felizmente olvidados, y a otras mentalidades, clasistas y enquilosadas, de las que no me quiero acordar. El deber de los políticos es el de buscar el modo de integrar a todos los ciudadanos, sean de la raza que sean, para que formen parte del tejido laboral y social de este país. Los políticos deben dar ejemplo y huir de todo protagonismo como es éste de suplantar, siendo blanco, a un rey que siempre nos han dicho que era negro.
La Cabalgata de los Reyes Magos debe ser una maravillosa ilusión, nunca una deleznable farsa.
Felipeángel (c)
El Ayuntamiento madrileño, siguiendo con una costumbre retrógrada y clasista, sigue encomendando a tres concejales los personajes de Gaspar, Melchor y Baltasar, ignorando por completo que tanto la sociedad madrileña como la española han cambiado de un modo radical y son miles los ciudadanos de otras razas que forman parte de ellas.
Hoy el Consistorio madrileño ha tenido una oportunidad única para demostrar al mundo que apuesta por la multiculturalidad y la integración, y no lo ha hecho. Le parece bien poner un negro a las puertas de cada centro comercial, ofreciendo La Farola a los viandantes, pero no consiente, ni por asomo, que ocupe el trono real de Baltasar en la Gran Cabalgata de hoy, que tiene como leitmotiv, !manda huevos!, la celebración del Año Internacional de Acercamiento a las Culturas.
Para colmo de coherencia ideológica el rey abetunado es el concejal del PSOE, Gabriel Calles, que, el día menos pensado nos soltará un discurso sobre la necesaria acogida a los inmigrantes etc. que, evidentemente, dado su curriculum, nos sonará a falso y gratuito, postizo y descorazonador. Mas o menos como el semblante que se le quedará al niño de turno que, !no lo quiera Dios!, terminará sentado en sus rodillas, decidido, en su candorosa inocencia, a pasarle los dedos por su cara ennegrecida por un impresentable maquillaje.
"!Qué horror! - pensará- los negros destiñen", y no, no son los honrados ciudadanos negros los que destiñen sino los vanidosos concejales blancos abetunados, que aún conservan muchas ideas propias de la España colonial.
A mi me parece que los políticos no deben dar lugar a esa clase de equívocos, a estas realidades virtuales que remiten a otros tiempos, felizmente olvidados, y a otras mentalidades, clasistas y enquilosadas, de las que no me quiero acordar. El deber de los políticos es el de buscar el modo de integrar a todos los ciudadanos, sean de la raza que sean, para que formen parte del tejido laboral y social de este país. Los políticos deben dar ejemplo y huir de todo protagonismo como es éste de suplantar, siendo blanco, a un rey que siempre nos han dicho que era negro.
La Cabalgata de los Reyes Magos debe ser una maravillosa ilusión, nunca una deleznable farsa.
Felipeángel (c)
hiya
ResponderEliminarjust signed up and wanted to say hello while I read through the posts
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