Cierto marido lloraba
la enfermedad de su esposa,
y al mirarlo doña Rosa
de consolarla trataba.
-!Vamos!...-le dijo- Yo cuento
que pronto se pondrá buena;
y él le repuso con pena:
-
Pues eso es lo que yo siento. ..............................
Inclinada la cabeza
hacia su esposo difunto,
una mujer allí junto
con santa devoción reza.
Mas si alguno que se quite
de aquel sitio le amonesta,
-
Estoy rezando, contesta,
para que no resucite.(
Anónimo)
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