lunes, septiembre 13, 2010

LAS AMARGAS LÁGRIMAS DE FRANCISCO UMBRAL


Hay un libro que debí leer hace tiempo; un libro que tuve varias veces entre mis manos y que nunca me decidí a comprar, no sé muy bien por qué razón; tal vez porque intuía que algunas de las cosas que contaba no iban a gustarme; un libro de biblioteca que ha esperado su turno junto a otros libros que le han ido metiendo los codos, con muy malas artes, año tras año, retrasando su lectura y, con ello, el conocimiento profundo de un autor que forma parte  de mis influencias literarias.
Ahora lo he leído porque otras lecturas de verano me han llevado a él, en busca, supongo, de respuestas a varias preguntas que se va uno haciendo mientras lee, rodeado de ninfas, Papas belicosos, legionarios altivos, intelectuales cobardes y helechos arborescentes, las páginas de toda una vida, de toda una infancia difusa y malograda.
Este libro meditado, denso, sincero y profundamente humano es una biografía no autorizada de Francisco Umbral, escrita por la profesora Anna Caballé. Lo publicó tres años antes de la muerte del columnista, con no pocos retrasos y una encendida y hosca animadversión del biografiado.
No es para menos, porque Anna Caballé no se limitó a escribir una biografía al uso sobre un personaje vivo, brillante y polémico, sino que ha ido reconstruyendo su vida, paso a paso, con la paciencia del detective y la valentía del explorador que espera encontrarse con el doctor Livingstone, supongo. Lo encontró, claro, o, al menos, encontró sus escondidos restos, imposibles de rastrear tras la tupida espesura de los escritos de Umbral, lleno de complacientes criadas, jóvenes prostitutas, monjas cachondas, viciosos homosexuales, y amantes con poesía en los labios y coca-cola en el coño .
Gracias a esta labor de investigación de la profesora catalana, ahora sabemos cosas que no sabíamos antes y leemos los libros del escritor de otra manera, con plena conciencia de que no estamos asistiendo a partos mentales de muy dudosa calificación, sino a un entretenido juego de ocultamiento en el que un personaje vulgar, desclasado y anodino, supo hacernos creer, en su genial y atractivo discurso literario, que, entre otras muchas e improbables identidades de su vida, había sido monaguillo de putas antes que fraile, machaca de legionarios antes que gamberro sin causa, poeta maldito antes que rojo represaliado y, naturalmente, follador, antes y después del anonimato y la gloria.
Para Anna Caballé la fuerza motriz de la escritura de Francisco Umbral es, en gran parte, el resentimiento y la búsqueda de una identidad familiar que nunca tuvo. Tanto nos ha hablado de su madre que cuesta trabajo creer que no supo que era ella, aun teniéndola tan cerca, hasta que la criada de la casa se lo dijo el mismo día de su entierro: "Paco, tú eres el que más lo siente porque se ha muerto tu madre". Francisco Pérez Martínez contaba, en aquella trágica fecha del mes de diciembre de 1953, veintiún años de edad y, hasta entonces, pensaba que quien se había muerto era su tía.
Según Umbral, su padre era rico, pero fue un padre rico que no conoció, un padre que se inventa en sus novelas, o lo que sean, llevándole de la mano a los cafés vallisoletanos donde los intelectuales hacían una guerra de salón y los estraperlistas una paz de pan negro y azúcar moreno.
Leyendo sus libros bajo la lupa de esta biografía de Anna Caballé, su vida es una pura mixtificación, un doloroso juego en el que el escritor trata de ser lo que no es y, para ello, nos embauca, nos hipnotiza, nos arroba con los juegos malabares de su prosa y el ritmo envolvente y opiáceo de sus falsos recuerdos y sus verdaderas historias.
Sé que a un escritor no se le puede pedir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad, pero si lo que quiere vendernos es su vida, su memoria y sus recuerdos, es preferible que oculte los que no le gustan a que los falsee, y Umbral, en muchos de sus libros, nos ha dado a los lectores una falsa imagen de sí mismo, ni mejor ni peor de lo que era, tan sólo para encubrir las amargas lágrimas que ha ido llorando sin quererlo y, probablemente también, sin merecerlo, durante su trágica y dolorosa existencia.

Felipeángel (c)



3 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué duro era Umbral..

Ele Bergón dijo...

Despues de leer la critica sobre esta biografia no autorizada de Umbral, me imagino que te has sentido algo estafado al conocer " la verdad" de tu admirado "padre" literario.

Supongo que el conocer mejor al autor en su parte mas privada, no hace que disminuya en su faceta como gran columnista que era. He leido algunas de sus novelas, pocas, y creo que ahi, era menor.

El proximo libro que lea va a ser esta biografia que comentas, pues al menos a mi me ha entrado ganas de hacerlo despues de leerte.

Ahora ando con "Las armas y las letras" de Trapiello y el leerlo, en parte tambien te lo debo a ti.

Un abrazo

Luz

felipeangel dijo...

Gracias por vuestros comentarios.