El pasado 28 de junio la edición alicantina del diario "El Mundo" publicó la noticia de la venta del parque temático "Terra Mítica" al grupo Aqualandia por 65 millones de euros.
No sé lo que harán con él o en qué le convertirán pero, dado el estado de ruina al que ha llegado la Comunidad Autónoma Valenciana, lo primero que les sugiero a los nuevos dueños es que le cambien el nombre, que se olviden de mitos y de leyendas, y que aprovechen la coyuntura de los nuevos y terribles tiempos que vivimos para convertir Terra Mítica en Terra Mística, donde los políticos podrán darse golpes de pecho y entonar el mea culpa ante la alegre ciudadanía. Santoral no falta: desde los pucheros de Santa Teresa de Jesús, a la que podríamos ver soltando un ¡coño! para no quedarse en órbita, hasta los numerosos milagros de San Vicente Ferrer, pasando por Andrea Fabra, no sé si virgen pero desde luego mártir para la feligresía popular desde que deseó a los parados que se jodieran.
Es tan rica en atracciones, tan variado el espectáculo de la tradición cristiana que, con poca imaginación que le echen, tendrían un éxito inmediato; desde luego no faltarían las cruces, que siempre dan mucho juego, ni las flagelaciones ni las grandes hogueras virtuales, ni una noria bendecida ni una montaña rusa, que sería un guiño a la rama ortodoxa de la Iglesia. ¿Y las visiones? ¡El juego que darían las visiones en aquel secarral de Benidorm!: ¡Mariano acercándose al altar de Ángela Merkel, que es un ángel con sexo, pidiéndole un rescate milagroso para la orgullosa España! ¡Carlos Fabra viendo un destacamento de naves celestiales aterrizando en el aeropuerto de Castellón! ¡Francisco Camps cosiendo y descosiendo en la sastrería de Dios los cuatro trajes de mierda como una Penélope que espera volver al paraíso de la política! ¡Rita Barberá en pleno éxtasis mientras contempla una carrera de divinas cuádrigas por las calles valencianas entre el estruendo de las fanfarrias y el griterío enloquecedor de u los aficionados!
Todo ello a precios módicos, rosario de regalo y una estampita de algunos de los Borjia que fueron Papas, con místicas recomendaciones para el buen vivir y mejor gozar.
Ya dentro, luz, mucha luz, para ver las deudas, las engañifas, los negocios millonarios a costa del erario público, la miseria de esta democracia convertida en robocracia por un puñado de desleales que tuvieron visiones, y querían hacer milagros, convertir la tierra mítica de los naranjos, el turismo y la chufa en la tierra mística del firmamento financiero, con sus popes, sus arquitectos y sus santones de feria y puticlub.
Felipeángel (c)
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