Ni siquiera sé si es porque conozco su cuerpo
amaneciendo en las sábanas de un día de abril
o porque el aire se tiñe de toda su ausencia
y soy como un páramo inhabitable y triste.
Quizá es porque su piel se prolongó en mi piel
y hay cristales de bronce deshechos con las manos
en las últimas horas de un caos sin medida
o, tal vez, porque llegar al fondo de nosotros,
desnudos como el fuego hiriendo la mañana,
me aleja de la muerte, de mi propia angustia.
Lo cierto es que no puedo decir, si no es nombrándola,
palabra que me explique cómo soy ahora.
Inadvertidamente su ritmo se aposenta
sobre el tenue latido de mi piel que espera.
Si oigo amanecer, siento que en su boca
desterramos juntos toda la tristeza.
Sobre mi su vida cubre de quietud los goznes del alma;
sobre mi su cuerpo es el más hermoso de todos los paisajes.
Nazco así, día a día, como pan en sus ojos
y envejece la entraña profunda de los miedos.
Ni siquiera sé si es porque me vive de golpe
el más amplio espacio abierto a su presencia;
ni tan siquiera imagino el más leve rincón
donde no se encuentre la paz que deseo.
FELIPEÁNGEL (C)
2 comentarios:
Siempre me gustó este poema como muchos otros que has escrito.Lo que me tiene despistada es el cuadro que le acompaña. Lo he visto en otro sitio pero no sé dónde. Supongo que estará inspirado en "Los amantes" de René Magritte, pero no dices nada de su autor ni del título. Me gustaría saberlo.
Un abrazo.
La obra es de Barny Bewick y se titula "Vestida casualmente".La pusieron de portada en su disco "Casually dressed and deep in conversation" el grupo británico FFAF (Funeral for a friend).
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