viernes, octubre 18, 2013

CASAS DE ACOGIDA (VIII)

Fotografía: Felipeángel (c)

"La metamorfosis", de Franz Kafka, es un relato abierto a múltiples interpretaciones; en él nos cuenta la transformación de Gregorio Samsa en un insecto; incluso, este pequeño detalle no nos lo aclara mucho el escritor checo; por lo que exclama una de las criadas que pasaron por la casa, podría tratarse de un escarabajo, pero también lo describe de color pardo, capaz de moverse con agilidad por el suelo, el techo y las paredes mientras deja tras de sí una estela viscosa, que nos recuerda más a una cucaracha. Evidentemente, Gregorio convertido en  un monstruo de la noche a la mañana nos  produce el mismo rechazo que sintió su familia al verle, pero nos causa más repugnancia pensar que se ha transformado en una cucaracha que en un escarabajo pelotero. Hasta ese momento fatídico, Gregorio era el sostén de su familia; de su sueldo de viajante de comercio dependían  sus padres y su hermana Greta; un año después de tan insólito suceso, las cosas son muy distintas; la familia alquila las habitaciones de la casa a tres huéspedes; el padre se pone a trabajar de ordenanza en un banco; la hija en una tienda, y la madre cosiendo para otra; al padre le gusta ir y venir del trabajo con el uniforme; la hija se va convirtiendo en toda una mujer mientras mejora su forma de tocar el violín, y la madre, en un momento dado, decide retirar  poco a poco, todos los muebles y objetos de la habitación de Gregorio; se produce, por lo tanto, otra metamorfosis mientras Gregorio se va deteriorando hasta su inexorable muerte. Ese día lo sienten como una liberación; despiden a los huéspedes y a la criada, escriben tres justificantes a sus respectivos trabajos, y se van al campo, "fuera de la ciudad, en tranvía".
A este libro singular le he buscado un banco como casa de acogida, porque es uno de los símbolos de la metamorfosis que algunos ciudadanos de este país están viviendo a causa de la crisis. Este nuevo relato podía comenzar así: "Cuando Gregorio Samsa se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró durmiendo en un banco. Estaba tumbado sobre un lecho de cartón y sus piernas las cubría con una vieja manta del ejército. "¿Qué me ha ocurrido?", pensó. No era un sueño. Su mansión, su coche, su trabajo bien remunerado, su mujer y su amante habían desaparecido de su vida como por arte de magia, y ahora se encontraba en medio del parque, tiritando de frío en un banco municipal, cagado por las palomas."

Felipeángel (c)

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