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viernes, octubre 01, 2010

UNA MAÑANA DE FERIA: DE 10 A 11 HORAS

El día de la Huelga General los libros ya estaban allí, recluidos en sus casetas, dicharacheros de noche y silenciosos con la llegada del alba; algunos oyeron asustados el rumor de la ciudad, el ladrido de los perros, el ru-run de los gatos, la algarabía de los coches y el frenesí alcohólico de los últimos noctámbulos. Otros se encontraban nerviosos porque era la primera vez que habían hecho un viaje tan largo, con el olor, aun tierno y salobre, del mar pegado a sus lomos, o la humedad de la niebla con huellas de catedrales comiéndoles las páginas.
Hoy todo es diferente; han visto a los primeros imaginarias montando guardia junto a sus estantes, mientras les iban quitando el polvo y la morriña, la caspa, que hoy es más cara, y la ansiedad.
Tal vez quedan por dar los últimos retoques; poner el libro de Cela en primer plano, o la obra de Umbral junto a los libros de lance y ocasión; don Pío se mantiene; Trapiello casi no aparece, salvo en Renacimiento; a Sven Hassel ni se le ve; la poesía vegeta y las revistas de humor, como La Codorniz se revalorizan.
Abre la primera caseta pero la luz entra en su interior tamizada, como la mano de un viejo que busca el libro de su infancia y los recuerdos perdidos; poco después lo hacen las demás y los transeúntes, los ciudadanos con una idea en la cabeza y un hueco en el bolsillo, comienzan a acudir a ellas como jilgueros al alpiste de la literatura, del arte, de la historia y la curiosidad.
Sólo veo a un equipo reducido de televisión; tres profesionales de Telemadrid que hacen su trabajo en la primera caseta, enseñando un curioso libro de fotografías que un ciudadano de Alcalá de Henares....etc.; terminan, recogen y se van.

Felipeángel
(c)
























Fotos: Felipeángel (c)

UNA MAÑANA DE FERIA: DE 11 A 12 HORAS

La Feria abrió a las once de la mañana y el Paseo de Recoletos se fue poblando de gente variopinta: viejos con caras de bohemios del XIX preguntando por libros de tauromaquia o del arte de destilar licores; jovencitas con el cuaderno pegado al pecho rebuscando en un cajón de novelas románticas; burgueses de traje y corbata; escritores venidos a menos; mujeres con perrito y sin él interesándose por las últimas novedades de Pérez-Reverte o por algún libro descatalogado de una colección erótica; estudiantes de incunables sin un duro en el bolsillo; marquesas sin marqués; letraheridos; sonámbulos; paseantes; bibliófilos sabihondos y extranjeros redichos; todos iban y venían de unas casetas a otras, sosegada, delicadamente, como impone el catecismo del perfecto degustador de ferias.

Felipeángel (c)























Fotos: Felipeángel (c)

UNA MAÑANA DE FERIA: DE 12 A 13 HORAS

La Feria abrió sus casetas a las once de la mañana pero el Sr. Alcalde de Madrid no la inauguró hasta la una de la tarde. Fue un acto corto, alegre y emotivo que no pudo captar Telemadrid porque ya se habían ido el cámara y las dos reporteras que habían cubierto la noticia antes de que él llegara.

Felipeángel (c)













Fotos: Felipeángel (c)

lunes, junio 14, 2010

sábado, junio 05, 2010