jueves, abril 10, 2008

PUTOFOBIA


El Ayuntamiento de Madrid ha vuelto a empapelar los andenes del metro y los chirimbolos urbanos con carteles en los que se acusa a los clientes de las prostitutas de ser los culpables del tráfico de armas, de la trata de blancas y de su explotación.
En todos aparece el lema "Tu dinero hace mucho daño. Porque pagas existe la prostitución".
Esta manera indirecta de crear mala conciencia en los ciudadanos no es nueva. La utilizaron, por ejemplo, en las campañas de verano para ahorrar agua y, de paso, se ahorraron tener que arreglar las conducciones del Canal de Isabel II, que pierden tanto como las de la capital catalana.
En este caso también se ven sus carencias y la doble moral: por una parte, son incapaces de acabar con las mafias de proxenetas, que son realmente quienes explotan y maltratan a un gran número de putas, y, por otra, se niegan en redondo a plantear seriamente su legalización, con todo lo que conlleva: penalización del chulo, pago de impuestos y un serio control sanitario de sus actividades.
Culpar al cliente no es, por lo tanto, el mejor camino; sólo el más sencillo, pero lo más preocupante de todo es el razonamiento por el cual, si se le da dinero a una colipoterra para mantener relaciones sexuales, irremisiblemente va al tráfico de armas o financia la trata de blancas, y no, como podría ser el caso, al mercado central para llenar su cesta de la compra.
Pensando de este modo, los simples pasos de la vida diaria nos pueden llevar al abismo, porque, puestos a pensar mal, uno no sabe muy bien a dónde va el dinero que los españoles tienen en sus planes de pensiones, en los fondos de inversión  o en sus cuentas corrientes.
¡Qué no estaremos financiando cuando se nos ocurre comer en un restaurante de comida árabe, hindú o paquistaní!  ¡A qué insondables simas de la maldad humana se irán nuestros pocos euros cuando viajamos, vamos a misa, compramos el periódico, la ropa, los productos de aseo o los condones que nos vende una multinacional del sector!, o ¡a qué grupo del hampa le blanqueamos dinero cuando nos metemos en una hipoteca a treinta años para pagar un piso!
No; no es bueno pensar así; es tan nocivo como creer que el dinero que el Alcalde de Madrid se está gastando en China se utiliza para reprimir a los ciudadanos del Tibet; que la contribución que pago, religiosamente, año tras año, ha ido a llenar los bolsillos de los presuntos implicados en el caso Guateque, o que ver un partido del Barça por peperviú va a provocar, irremisiblemente, la dimisión de Laporta.

Felipeángel (c)

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