martes, enero 23, 2007

PONGAMOS QUE HABLO DE DALI




















Nació a la pintura pintando las paredes de su casa con la mierda, aun caliente, de sus deyecciones y ya no supo parar porque su imaginación iba mucho más lejos de lo que estaba al alcance de sus manos, y donde antes había dedos y excrementos ahora tenía pinceles y colores y pintó paisajes, repintó las puertas y se pintó a sí mismo porque descubrió que el cuerpo, al final, termina siendo el mejor de los lienzos cuando lo que importa es expresarse, convencer, ser.
A partir de ese instante de mística revelación se entrecruzaron sus obras y sus miedos. Cuando oteaba el mar presentía un nuevo atisbo de belleza y cuando miraba su pene no veía, desde luego, el de Rasputín. Le daba pánico acercarse a las langostas, aborrecía a las hormigas pero le gustaba el sabor de la sangre y la íntima y solitaria masturbación.
A veces oía el canto de sirena de la tramontana pero nunca atravesó la barrera de coral de la locura ni fue, como tantos otros creadores de entonces, un joven tuberculoso que empezaba su carrera a golpe de pinceladas de tos; porque los dioses, créanme, no tosen y, si pintan, lo hacen como los ángeles, son los guardianes de la memoria blanda y el pan duro, del tiempo cammembert y del esperma con moho.
Cuando quieren consiguen que las jirafas ardan como hermanos en guerra y que los cuerpos desnudos nos desvelen la oquedad de sus cajones; cuando sueñan, lo real es un mundo comestible de huevos fritos o un taxi lluvioso o un asno podrido de dolor.
Tan divino como escatológico, con una cultura anal más exquisita que un poema lorquiano, el salvador del arte encontró en Gala el amor a los microbios y, en el surrealismo, la llave de su éxito.
A partir de entonces amó al dinero más que a Picasso, tuvo el mundo a sus pies y a Franco en la retaguardia; su egocentrismo alcanzó las cotas más altas de la soberbia y su cuenta corriente el rango de un potentado de las finanzas.
Al final, no fue otra cosa que un viejo enfermo al que los buitres fueron quitando su salud y su hacienda; un pobre viudo desconsolado sin consolador, con cara de quijote al que casi le devora el fuego y la perfidia ajena.
Descanse en paz si es que le dejan.
(Tal día como hoy, el 23 de enero de 1989 murió Salvador Dalí en su Castillo de Pubol)

1 comentario:

Arquitecturibe dijo...

un amigo me encomendó la odiosa tarea de convertir un pene flacido en uno erecto usando photoshop... vine por google buscando un pene erecto simplemente para enviarselo, pero en los resultados me salio el curioso "pene de rasputin".... la curiosidad hizo olvidar mi tarea inicial y en ese camino encontré la referencia de una entrada anterior sobre Dalí...
Error... no era una entrada de Dalí, era LA entrada sobre Dalí mas espectacular que he leido en mi vida, visceral, sincera poetica. Perfecta. Gloriosa como entrada en alguna biografía diferente y singular como fue este hombre.
Gracias... no se si aun tienes el blog... aun no he visto a cuando llevas tu bitacora.... pero no pude menos que venir hasta aqui, a ver una maravillosa composicion escrita sobre un hombre que componía con los sueños.
Saludos desde una lejana galaxia