viernes, febrero 06, 2009

SOY TOQUERA Y VENDO TOCAS


"SOY TOQUERA Y VENDO TOCAS"

Soy toquera y vendo tocas
y tengo mi cofre donde las otras.

Es chico y bien encorado,
y le abre cualquier llave.
con tal que primero pague
el que le abriere el tocado;
que yo no vendo al fiado
como las toqueras locas...
Soy toquera y vendo tocas.

Es mi cofre de una pieza,
pero caben muchas dentro,
y no le vereis el centro
aunque metais la cabeza;
y negocio con presteza
y despacho bien mis tocas,
y tengo mi cofre donde las otras.

Lo que más todos le alaban
es que no consiente clavo,
que los hincan hasta el cabo
y al momento se desclavan;
en cualquier gozne se traba,
no le manchan cosas pocas...
Soy toquera y vendo tocas.

Vendo tocas enceradas
y descansos muy delgados
y diferentes tocados,
si hay pagas adelantadas;
aunque las compro estiradas,
por vender más las doy flojas,
y tengo mi cofre donde las otras.

Dice Adolfo de Castro (1823-1898) en su libro "El buscapié":

Don Francisco de Trillo i Figueroa publicó en Granada, año de 1652, en casa de Juan Bolívar, una obrita intitulada "Poesías varias, heróicas, satíricas y amorosas", todas como escritas por él; pero poniendo entre ellas i apropiándoselas algunas letrillas de Góngora que no se pusieron en la colección de sus versos. El mote de una de estas letrillas es como sigue:

Soy toquera
y vendo tocas,
y tengo mi cofre
donde las otras.

("El buscapié. Opúsculo inédito que en defensa de la primera parte del Quijote escribió Miguel de Cervantes Saavedra." Publicado con notas históricas, críticas i bibliográficas por Don Adolfo de Castro. Cadiz. Imprenta, libreria i litografía de la Revista Médica, a cargo de Don Juan B. de Gaona, Plaza de la Constitución número 11. 1848.)

En su libro "Poetas líricos de los siglos XVI y XVII", Tomo II, publicado en Madrid, por M. Rivadeneyra, en el año 1857, Adolfo de Castro incluyó, entre las composiciones poéticas de Francisco de Trillo, su versión de la toquera. Dice así:

Soy toquera
y vendo tocas
y tengo mi cofre
donde las otras.

Es chiquitico y de cuero,
tiene el pelo rubio y liso,
de los que en el Paraíso
Adán descubrió el primero;
en él recojo el dinero
que vacío de muchas bolsas,
y tengo mi cofre
donde las otras.

No tiene hierros ningunos,
porque nunca está mohoso,
aunque por lo dadivoso,
tal vez se toma de algunos;
y hasta en advientos y ayunos
me sirve de muchas cosas,
y tengo mi cofre
donde las otras.

Él se ensancha y se reviene
conforme a la cerradura,
y no tiene más anchura
de la que la llave tiene;
pero cualquiera le viene,
porque lo acomodo a todas,
y tengo mi cofre
donde las otras.

Las tocas encarrujadas,
como tan tupidas son,
las meto sin almidón,
y salen almidonadas;
siempre las meto estiradas
y siempre las saco flojas,
y tengo mi cofre
donde las otras.

No es un tahur más voltario,
siempre haciendo presa y pinta,
aunque está de mala tinta
si pasa del ordinario;
y aunque en querer es muy vario,
siempre a envidar se acomoda,
y tengo mi cofre
donde las otras.

Una versión sonora la encontramos aquí


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