lunes, abril 23, 2007

EL ROTO

Me gustan los dibujos de El Roto desde que era OPS, en aquellos lejanos días del semanario satírico "Hermano Lobo".
Yo me presenté una vez, con mis pequeños textos debajo del brazo, en la plaza Conde de Suchil, 20, donde tenían la redacción, como lo hice antes en la sede de "La Codorniz", y ni en un sitio ni en otro me los publicaron.
Recuerdo que en la revista de Álvaro de la Iglesia me recomendaron que leyera a un tal Woody Allen, y en la de Chumy Chúmez me los devolvieron sin más.
Aparte de que apenas sabía nada de todos los problemas de censuras y prohibiciones que tenían en aquellos años siniestros, y menos aún que muchos de los que trabajaban en "Triunfo" lo hacían, entonces, en "Hermano Lobo", porque la publicación había sido suspendida por orden gubernamental, yo creo que hicieron bien: la mayoría de mis poesías satíricas no valían nada.
Lo de Ops, Ubú, Jonás o El Roto, sobrenombres bajo los que ha firmado alguna vez Andrés Rábago, ha sido, y sigue siendo, simplemente genial.
Las últimas exposiciones que vi de sus viñetas fue en la sala del Círculo de Lectores pero esta vez ha decidido exponer en la sala Arquerías de Nuevos Ministerios.
Son más de setenta dibujos divididos en tres apartados que, según el folleto, responden a los títulos de los libros de "La Divina Comedia", de Dante, "Infierno", "Paraíso" y "Purgatorio", pero que reflejan una realidad apenas imaginada por el poeta florentino.
Las reflexiones que nos transmite Andrés Rábago en sus viñetas son mucho más duras, más catastrofistas, más visionarias. Es la que nos muestra, cada día, en las páginas de "EL PAIS", antes de que nuestros ojos pasen inadvertidamente sobre las múltiples fotos de la vida diaria, de un desastre anunciado.
Al Gore debería contratar a El Roto como asesor. Se le entiende mejor con muchas menos palabras.

Felipeángel (c)

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