Joaquín Sabina está siempre de actualidad; cuando no le da un arrechucho se pone a contar chistes de princesas; no le falta un verso que llevarse a la boca, aunque amarguen, como los de Alfonso Ussía, y hasta tiene tiempo para escribir una biografía que se disputan las editoriales como aves de carroña, que al personal le va el tomate y la casquería.
Hace un tiempo, cuando el cantautor y poeta estaba delicado, le escribí este soneto:
Sabina está enganchado al cigarrillo
como yo lo estoy a sus canciones.
El día que se apaguen sus pulmones
el humo será el último estribillo.
Como siga siendo reo del pitillo
veré versos de muerte en su mirada;
la vida se le irá en cada calada
y el mundo perderá a otro rojillo.
La princesa que se llama nicotina
se ha quedado a vivir en su garganta
con permiso del cantante tabaquero.
!Por tus coplas, deja de fumar,Sabina!
que prefiero verte en el top-manta
que en la caja de madera entre maderos.
Felipeángel (c)
Felipeángel (c)
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