Releyendo "El gato encerrado" llego a un texto de Trapiello en que imagina el argumento de una novela:
"Un hombre al que acaban de despedir de su empleo, mira todos los días el periódico y sorprende, en la sección de anuncios por palabras, misteriosos mensajes...."
Este párrafo me recordó la sección de anuncios de la revista Mundo Gráfico, en la que los amantes se mandaban mensajes de parecida índole. Valían dos pesetas quince palabras. Cada palabra más, quince céntimos. Leamos algunos.
En el nº 2 del primer año de publicación -1911- nos encontramos con cinco:
"Abrumado de pena. Sin noticias hace mucho tiempo. Escribe a dirección que conoces o dudaré de tus juramentos. Pepe."
"Carmela: recibida carta, que me lleno alegría inmensa. Tus noticias son el mayor consuelo para este desgraciado que solo vive por tu cariño. Sigue escribiendo por el mismo medio. Tuyo siempre. RT."
"Lolita: recibí carta, estando contentísimo; te espero sábado. No faltes. Tuyo siempre. Quintiliano."
"Sin noticias tuyas desde hace más de un mes. Urge que escribas y hagas desaparecer los temores que por tu fidelidad y cariño abrigo por tu silencio. X."
"Agosto. Estoy apenadísima con tus últimas noticias. No te aflijas y ten entera confianza. Antes de dejar cumplir lo prometido haré locuras. Carola."
Carola, a estas alturas, debía tener ya serios problemas porque este número de "Mundo Gráfico" salió el miércoles 8 de noviembre.
Dos números después, el correspondiente al 22 de noviembre, leemos el siguiente anuncio:
"Gitanilla gentil: tu envío de última hora me llenó de gozo, me los guardé para mí cada noche los leo. Fuí donde me dijiste y todo está como tú decias, allí nos veremos, si quieres el último día, escríbeme bien claramente el día y la hora, yo estaré allí puntual, necesito hablar contigo dos ó tres horas con tranquilidad. No puedo prescindir de tus escritos. Hoy recibí el primero, repite amenudo."
Decidimos seguirle porque un tipo que es capaz de gastarse más de diez pesetas en poner un anuncio por palabras en una revista que cuesta 20 céntimos nos da que pensar. Podría tratarse de un hombre mayor que está enamorado de una chica joven, o de un millonario caprichoso al que le gusta Cervantes, o de un corruptor de menores que quiere arrebatarle la niña de sus ojos a una familia humilde pero decente, con toda clase de caprichos y supercherías. El siguiente anuncio, mucho más largo, lo publica el 6 de diciembre. Dice así:
"Gitanilla idolatrada: Me has probado que me quieres, y que cuando quieres, no hay imposibles para ti. No puedo dudar ni de tu corazón ni de tu inteligencia, pero ahora me tienes enfermo esperando me digas el día y la hora para vernos donde tú indicaste. Es urgente; tengo que comunicarte algo muy importante. Ten presente que estas letras las mando con ocho días de anticipación para que las publiquen. Calma mi ansiedad, y fija día y hora. Yo llegaré la víspera; ya te indiqué la hora en una de mis cartas bien claramente. La espera me mata.
Gitanilla idolatrada: Tengo que darte una gran noticia favorable; escribe en seguida qué día y a qué hora podré verte donde tú misma me indicaste. Llegaré la víspera de la fecha indiques. Necesito verte pronto; no puedo vivir sin ti, ingrata."
De estas dos notas deducimos que cada amante vive en distintas ciudades, que el viejo tiene un calentón de no te menees y de que la niña juega con él al ratón y al gato. En el anuncio del día 11 del mismo mes, nuestras sospechas se confirman:
Y la otra también, abuelo. Ya vemos que es un amor periférico, en una ciudad o en un pueblo costero; que el tipo gasta pistola y que la niña se las trae. La nota del 20 nos confirma algunas de nuestras conjeturas:
La iglesia, como siempre, uniendo a los hijos de Dios, pero esta oveja negra quiere volver a esa joven que se siente culpable en una oveja descarriada. Esto va camino de convertirse en un culebrón. ¿Embarcará el dolorido Don Juan llevándose consigo la fragancia virginal de su adorada gitanilla o se matará a pajas en el camarote pensando en su fallido intento amatorio? Nunca lo sabremos, porque los anuncios que le dictaba su ardiente corazón no volvieron a aparecer en MUNDO GRÁFICO, como tantos otros de los amantes que declaraban su clandestino amor en otras tantas notas urgentes y telegráficas.
Felipeángel (c)
"Gitanilla ingrata, cruel: cuando oiga de tus labios, me conformaré y embarcaré quizá para no volver. El mismo día que leas estas lineas, esperaré donde me indicaste; te buscaré por doquiera, dispuesto a todo, menos volverme sin hablar contigo. Acude pronto, evitando mi impaciencia cause imprudencias. La calentura de los celos me abrasa."
Y la otra también, abuelo. Ya vemos que es un amor periférico, en una ciudad o en un pueblo costero; que el tipo gasta pistola y que la niña se las trae. La nota del 20 nos confirma algunas de nuestras conjeturas:
"Gitanilla: ¿ No comprendiste mi aviso de llegada? Fuí desde el pueblo con mi asistente para que te entregara las cartas. No te dignaste contestar ni dos letras. Esperé, agonizando, hora tras hora. Regresé desesperado de tanta ingratitud. A cada momento espero recibir la explicación de lo que pasa. Quiero verte antes de embarcar; quiero hablarte al anochecer en la iglesia donde nos hemos visto la última vez; es urgente. Escríbeme, señalando día y hora."
La iglesia, como siempre, uniendo a los hijos de Dios, pero esta oveja negra quiere volver a esa joven que se siente culpable en una oveja descarriada. Esto va camino de convertirse en un culebrón. ¿Embarcará el dolorido Don Juan llevándose consigo la fragancia virginal de su adorada gitanilla o se matará a pajas en el camarote pensando en su fallido intento amatorio? Nunca lo sabremos, porque los anuncios que le dictaba su ardiente corazón no volvieron a aparecer en MUNDO GRÁFICO, como tantos otros de los amantes que declaraban su clandestino amor en otras tantas notas urgentes y telegráficas.
Felipeángel (c)
No hay comentarios:
Publicar un comentario