Foto: Felipeángel (c)
Hace dos días que los estaban embalando en cajas Made in Cuba. A partir de ahora ya nos los veremos pastar en los jardines de la Casa de América; han envuelto sus sueños de metal, el colorido cuerpo de los refrigeramores en delicado plástico acolchado para que no se constipen durante el viaje pero, tal vez, terminen quitándoles esas camisas de fuerza en la Aduana del aeropuerto José Martí para ver qué contienen sus cuerpos, de qué extraños productos los han llenado, y aunque los abran una y otra vez, y los crean vacios, aunque los desmonten y diseccionen como al cadáver de la Revolución, estoy seguro que los aduaneros castristas no verán nada; no verán ni los miles de ojos que los han visto, ni la diaria conversación entre el amanecer y la diosa Cibeles, ni los cuchicheos, idas y venidas, de los visitantes poniendo un gota de libertad como un sello, una esperanza de justicia como un hálito, entre las paredes del congelador y el compartimento para la fruta.
Felipeángel (c)
Foto: Felipeángel (c)Hace dos días que los estaban embalando en cajas Made in Cuba. A partir de ahora ya nos los veremos pastar en los jardines de la Casa de América; han envuelto sus sueños de metal, el colorido cuerpo de los refrigeramores en delicado plástico acolchado para que no se constipen durante el viaje pero, tal vez, terminen quitándoles esas camisas de fuerza en la Aduana del aeropuerto José Martí para ver qué contienen sus cuerpos, de qué extraños productos los han llenado, y aunque los abran una y otra vez, y los crean vacios, aunque los desmonten y diseccionen como al cadáver de la Revolución, estoy seguro que los aduaneros castristas no verán nada; no verán ni los miles de ojos que los han visto, ni la diaria conversación entre el amanecer y la diosa Cibeles, ni los cuchicheos, idas y venidas, de los visitantes poniendo un gota de libertad como un sello, una esperanza de justicia como un hálito, entre las paredes del congelador y el compartimento para la fruta.
Felipeángel (c)
Foto: Felipeángel (c)
Foto: Felipeángel (c)
No hay comentarios:
Publicar un comentario