Durante las últimas semanas han sido muchos los eventos deportivos que hemos podido ver por televisión: desde partidos de fútbol en los que el desenlace se ha producido en el último momento hasta carreras de Fórmula 1 en las que la rivalidad de los competidores han llegado a poner en riesgo sus propias vidas; pero, con ser todo ello un aliciente añadido a la sana competitividad, lo que más me ha llamado la atención es el monopolio masculino de los comentaristas en todas y cada una de las retrasmisiones televisivas. No hemos visto ni hemos oído el perfil y la voz de una sola mujer, salvo las que ponen a pie de campo, haciendo de utillero periodístico, o las que mandan a los paddocks de los circuitos, a tragar el humo de los sofisticados coches y a soportar el ruido de las veloces motos.
Esta exclusión no la vemos en los informativos, ni en los magazines matinales, ni en los reality shows, ni en los concursos, ni en tantos otros programas de la parrilla televisiva. En todos ellos, y en todas las cadenas, hay mujeres al frente haciendo un trabajo digno y muy profesional, lo que viene a demostrar que no es la falta de talento lo que impide su participación activa en las retransmisiones deportivas sino razones de otra índole.
Hace tiempo que el deporte ha dejado de ser un reducto machista, pero es cierto que algunas prácticas deportivas, como el fútbol o las competiciones relacionadas con el mundo del motor, no cuentan con participantes de alto nivel. Sin embargo, cada día son más las mujeres que acuden a los estadios o a los circuitos a ver los encuentros futbolísticos o las carreras, y muchas no lo hacen como simples aficionadas sino como auténticas hinchas y forofas de sus colores favoritos. Quiere decirse, con esto, que no sólo van a gritar y a comerse el bocadillo de tortilla, cómodamente sentadas en las grada, sino que entienden, que saben distinguir entre una falta directa y una indirecta, qué es la pool position y cuáles son las tácticas que utilizan los entrenadores sobre el campo de juego y las escuderías en el trazado de los circuitos.
Si esto es así, si tenemos la convicción de que las mujeres deben tener acceso a todos los niveles y categorías profesionales, no sé a qué esperan las cadenas televisivas para incorporarlas en sus plantillas de comentaristas deportivos. Estoy seguro de que lo harían muy bien y el televidente saldría ganando.
Felipeángel (c)
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