He estado viendo "Bodies: The exhibition" en lo que fue un antiguo cine de Madrid, situado en la calle Goya, 5. Abajo se encontraba la sala Cleofás. Allí pude ver a Moncho Borrajo, un humorista sin parangón, que hace unos meses ha dado fin a su carrera artística.
"Bodies...." no es sólo una extraordinaria exposición de anatomía sino que tiene la particularidad de que todos los cuerpos y órganos que se exhiben son reales y no meras reproducciones plásticas. Esta singularidad nos plantea el interrogante de cómo verla: con biografía o sin ella.
Si la miramos, detenidamente, sin biografía, lo que Premier Exhibitions nos presenta es un amplio y muy completo surtido de casquería humana, con sus correspondientes anotaciones científicas.
Si, por el contrario, la miramos con biografía, hay que tener en cuenta dos cosas: la primera, que no se trata del ramillete de cadáveres que el doctor Von Hagens pasea, también, por medio mundo, con la espada de Damocles sobre su cabeza de que muchos de ellos son reos ejecutados por las autoridades chinas; y segundo, que, aunque los que podemos ver aquí no sean presos condenados, en su día, a la última pena, son, igualmente, tan orientales como aquéllos, con su vida y su muerte escrita en cada célula de sus cuerpos. Por lo tanto, verlos troceados, vaciados y loncheados como una pata de jamón ibérico, está bien para conocer la asombrosa maquinaria humana, pero tal vez plantee problemas morales a quien los vea, si se pregunta qué hizo esa persona mientras estuvo viva, qué hábitos tenía, de qué se alimentaba, y si es lícito exhibirla, de este modo, aquí, allá y acullá.
Algunos de los órganos presentados nos dan pequeñas respuestas; por ejemplo, dos pares de pulmones: el de un fumador y el que no lo fue. El del primero está negro, como si lo hubieran teñido con alquitrán; el del segundo, conserva el color que corresponde a su naturaleza. Este contraste entre órganos enfermos y órganos sanos podemos verlo, también, en sendos hígados, en los riñones y en un conjunto de arterias, lo que demuestra no sólo el deterioro de nuestro organismo, con el paso de los años, sino la capacidad que tenemos para maltratarlo con malos hábitos.
Al concluir el recorrido te dan la oportunidad de tocar algunos huesos para que aprecies la calidad de la técnica polimérica que han utilizado: la reliquia científica llevada hasta sus últimos extremos.
Felipeángel (c)
Estaba prohibido hacer fotos pero he encontrado en Youtube un video bastante ilustrativo de la muestra:
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