No sé si Susanna Griso se sintió molesta con el amplio abanico de zafiedad y grosería que ayer desplegaron los presentadores de "El Hormiguero"; nunca los vi tan incorrectos con los invitados a su programa ni tan patosos. Comprendo que a Pablo Motos le ponga como una moto, valga la redundancia, la presentadora de Antena 3, pero no supo aprovechar la coyuntura de tenerla en el plató, y, en vez de aderezar el diálogo con frases graciosas e inteligentes, se dejó llevar por sus impulsos más bajos como un colegial pajillero. Es lo que tiene ser famoso y sobrevalorado, que un día te ofrecen la gran oportunidad de lucirte y demuestras lo que realmente vales: más bien poco.
Más o menos lo mismo le ocurre al Gran Wyoming. Hace tiempo que no veo su programa "El Intermedio"; más que nada por solidaridad con sus guionistas, porque debe ser frustrante para ellos idear un buen chiste y darse cuenta de que el tartamudo lo va a joder a las primeras de cambio. !Qué elemento! No hay nada como tener el carné de progresista para meterse, sin pudor, con todo el mundo; da igual que llame borracha a una de sus colaboradoras o que se pitorreé de que no tienen contrato. Comprendo que cada una de estas frases ingeniosas y ofensivas forman parte del show televisivo, que es puro atrezzo lingüistico, pero resulta difícil entender la reiteración con que las repite, programa tras programa, y el silencio cómplice de las feministas, tan firmes y pejigueras en sus denuncias con las palabras de otros.
Estos comportamientos machistas, sexistas y barriobajeros del ala progre de la televisión casan mal con el gran esfuerzo que se está haciendo para que la mujer alcance un alto grado de igualdad con el hombre en el ámbito laboral y social.
Si las cadenas implicadas -Cuatro y La Sexta- se sienten partícipes de este anhelo, que corrijan el rumbo, porque al menos a mí, como telespectador, me abochorna que intenten pasar por gracioso lo zafio, y por inteligente lo ruin y lo mezquino.
Felipeángel (c)
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