El patrón de cierto pueblo era San Sebastián. Y iba a ser la función del pueblo y no tenían santo para celebrar la fiesta. Y dijo el señor cura que en su huerta tenía un naranjo y que se podía hacer el santo del naranjo de su huerta. Y como sobró madera, después de hecho el santo, el cura mandó hacer un pesebre para su burra.
Y llegó el día del santo. Y en el sermón el cura predicaba:
-Bendito San Sebastián,
del pesebre de mi burra
y del naranjo de mi huerta
eres hermano carnal.
En el huerto de mi padre,
naranjo te conocí.
Los milagros que tú hagas
me les claven a mí aquí.
Y se señalaba la frente.
Labradora de unos 60 años
Cuéllar, Segovia
22, abril, 1936
(O. C. )
Y llegó el día del santo. Y en el sermón el cura predicaba:
-Bendito San Sebastián,
del pesebre de mi burra
y del naranjo de mi huerta
eres hermano carnal.
En el huerto de mi padre,
naranjo te conocí.
Los milagros que tú hagas
me les claven a mí aquí.
Y se señalaba la frente.
Labradora de unos 60 años
Cuéllar, Segovia
22, abril, 1936
(O. C. )
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