sábado, abril 17, 2010
PRIMAVERA NEGRA
Llegó la primavera, solemne y mojada,
como una princesa con sueños lascivos.
En las altas cumbres ya no queda nada
salvo un beso de nieve, varado y cautivo.
El aire es un viejo que esparce semillas
por los entresijos de viejas ciudades;
las ratas orinan las alcantarillas
y los callejones huelen a humedades.
Las nubes boyeras entintan el cielo
y el sol peregrino calienta los prados;
se puebla de insectos el fétido suelo
y enferma de gozo el afortunado.
Las fosas nasales y el pecho se irritan
cuando el polen rompe nuestras cerraduras;
los ojos se nublan, lloran y se excitan
y hasta respirar es una aventura.
Se truecan los fríos con brisas templadas;
el mar se encabrita, se calma y se afloja;
junto a las arenas ya no pasa nada
y el sueño del agua bailando las moja.
Cada primavera luce sus vestidos:
verdes en los campos, rojos en las flores;
Todo es un mural nuevo y con sentido:
alergia en los cuerpos, sal en los amores.
Felipeángel (c) 17/4 / 10
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3 comentarios:
Lo siento, pero no estoy nada de acuerdo con el titulo de tu poema, pues la primavera nunca puede ser negra, ya que el negro es la ausencia de color y aunque la vida a veces, y tambien en primavera, nos llene de sombras, algo se de eso,siempre podemos mirar por la ventanilla del tren y ver la cuneta llena de prigallos.
Un saludo
Luz
Perdon, como siempre me equivoco, quiero decir pirigallos
Luz, "Primavera negra" remite a la novela, con el mismo título, de Henry Miller.
Escribí algunos de estos versos pensando en muchos compañeros de trabajo que padecen alergía a los diferentes pólenes que invaden el aire de nuestras ciudades y el azulado cielo de nuestros campos. Para ellos, muchos de estos días son "negros".
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