domingo, diciembre 29, 2013

CARTELERA: "LA VIDA SECRETA DE WALTER MITTY"

Fotografía: Felipeángel (c)

Después de ver esta maravillosa película me puse a buscar el relato de James Thurber, publicado el 18 de marzo de 1939 en el periódico The New Yorker; ninguna de las situaciones imaginarias que recrea el afamado escritor y dibujante las utiliza  Ben Stiller  para presentarnos al personaje que dirige e interpreta pero encajan muy bien en el cuadro psicológico de aquellas personas que pasan gran parte de su tiempo en Babia, fantaseando con situaciones dignas de superhéroes. Este síndrome lleva el nombre de Walter Mitty. El protagonista de la película, un jefe del departamento de negativos fotográficos de la  revista LIFE, lo sufre a diario pero, al contrario que el Walter Mitty de Thurber, decide convertir sus sueños en realidad, da el paso de gigante desde la fantasía a la vida real, y lo hace, sobre todo, por amor.  En ese largo viaje, casi iniciático, no solo se encuentra a sí mismo sino que supera su timidez, sus miedos, su sitio en la vida y afronta los problemas que se le vienen encima con valentía, con constancia, con dignidad.
Puede que lo real -su viaje por Groenlandia, Islandia y Afganistán en busca de un fotógrafo mítico que siempre desaparece de escena en el último momento- esté demasiado exagerado y no nos sirva de ejemplo para emprender una aventura parecida, pero hablamos de cine, de la capacidad visual de las imágenes, del necesario vínculo entre la historia que nos cuentan y el espectador, y aquí si he de decir que sus anhelos, su enorme esfuerzo para ir rebasando sus continuas frustraciones, sus tímidos pasos, pero cada vez más firmes, para llegar al corazón de Cheryl (Kristen Wiig), su tesón  para conseguir su objetivo y su sinceridad para decirle a los nuevos jefes de LIFE lo que siente como trabajador, después de haber desempeñado fielmente su oscura pero importante labor al frente de su departamento. llegan a conmovernos, a emocionarnos, a hacernos sentir partícipes de su arriesgado empeño, de sus alegrías y de sus vivencias.
Para ello Ben Stiller utiliza un cuidado ritmo, excelentes efectos especiales, exteriores de ensueño, vistas panorámicas dignas de formar parte de las páginas de tan mítica revista, y una extraordinaria banda sonora de Theodore Sahpiro, en la que destacan las canciones  "Dirty paws" de "Of monsters and men" y  "Space oddity" de David Bowie.
Para mí es una de las mejores películas que pueden verse para finalizar el año. No digo que sea la mejor. Asistí al estreno en 3D de "Gravity", un espectáculo visual, dirigido por Alfonso Cuarón y protagonizado por George Clooney y una maravillosa Sandra Bullock, que no soy capaz de explicar con palabras, porque hay que verlo y sentirlo, pero me pareció demasiado monotemática y angustiosa; también vi "Séptimo", de Patxi Amezcua, un thriller con poca gracia y sin ningún interés, y un trío de  comedias españolas, "La gran familia española", de Daniel Sánchez Arévalo, "¿Quién mató a Bambi?", de Santi Amodeo, y  "Tres bodas de más", de Javier Ruiz Caldera, mucho mejores que el último bodrio de Pedro Almodóvar pero tirando a normalitas. Ninguna de ellas me emocionó tanto como este Walter Mitty norteamericano y universal.

Felipeángel (c)

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