sábado, noviembre 18, 2006

SOBRE AENA


A Juan José Millás no le han gustado nada las últimas medidas de "seguridad" adoptadas en los aeropuertos. Las tacha de "locura", con razón.
Hubo un tiempo en que el columnista del diario El País trabajó en el gabinete de prensa de Iberia pero, claro, una cosa es que te atragantes con el zumo de naranja en pleno vuelo y te calles, y otra bien distinta es que te obliguen a enfrentarte al arco de seguridad de la puerta de embarque de un aeropuerto como si fuera el polígrafo de Antena 3.
Cuando AENA nos informó, por primera vez, en el mes de octubre de 2001, de los objetos que NO podíamos llevar consigo en el equipaje de mano, envié una carta a los diarios El País y El Mundo que, por supuesto, no publicaron. Decía así:



"Resulta insólito que en el anuncio de AENA publicado, estos días, a toda página, en la prensa nacional, no se incluyan, como objetos potencialmente peligrosos, los cinturones, cuyo uso inadecuado puede ser letal en manos expertas; ni las plumas estilográficas, que, en un momento dado, pueden dejar ciego al piloto si le vierten la tinta, altamente tóxica, sobre los globos oculares; ni las botas de caña alta y puntera reforzada con finas y relucientes chapas de metal que, puestas en los pies o blandiéndolas con ambas manos, pueden provocar sobre el cuello de las azafatas unos desgarros parecidos a los que causaría un estilete; ni los pañuelos de seda con propiedades asfixiantes si, previamente, se han introducido en la boca de la sobrecargo, bajo presión, aprovechando que va uno al baño; ni un manojo de llaves oxidadas con las que se puede amenazar a todo el pasaje con pegarles la terrible enfermedad del tétanos con un simple rasguño en la piel, pero resulta todavía mucho más insólito que para decirnos que prescindamos de todo nuestro arsenal cosmético, si no queremos vernos en la tesitura de que, al pasar por el arco de seguridad, nos lo arrebaten, hagan tabla rasa, como en la mili, y utilicen un TUTEO campechano y democrático que, llevado a la práctica en los aeropuertos, puede dar lugar a situciones dignas de una película de Berlanga.

Se acabó, por tanto, el trato de favor y la cortesía diplomática, el usted; sí, vuecencia, señor, excelentísimo o "por aquí, Su Santidad".

AENA informa que, para nuestra seguridad, a partir de ahora, a todos de "tú".


Levanté la liebre pero no cobré la pieza. Quiero decir que denuncié el "tuteo" pero, como dije, no me publicaron la carta. Siempre me quedó la duda de si algún redactor de los dos periódicos citados se puso en contacto con AENA o tal vez fue otro quien, al igual que yo, se dio cuenta y protestó. Ya da igual. El caso es que, doce días después, salió un nuevo anuncio con el "usted" por delante.

Cuando escribí la carta, lo hice con ironía y exagerando el efecto letal de algunos objetos habituales que solemos llevar a diario. Nunca pensé que vería algunos de ellos en un nuevo anuncio. AENA no ha vuelto a meter la pata y nos trata de "usted" pero, sinceramente, hay que decir, como Juan José Millás, que sí, que esto es de locos.

Felipeángel (c)

(Actualizado: cinco años después....)

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