viernes, mayo 25, 2007

CAMILO JOSÉ CELA EN LA ACADEMIA ( I )

Mañana, 26 de Mayo, se cumple el cincuenta aniversario del ingreso de Camilo Jose Cela en la Real Academia Española de la Lengua.
Con este motivo, vamos a dar un repaso a algunos periódicos de la época.
El diario ABC publicaba, en su edición correspondiente al 22 de mayo de 1957, página 48, la siguiente nota:

"RECEPCION DE CAMILO JOSE CELA EN LA REAL ACADEMIA".-

"La Real Academia Española celebrará Junta Pública el próximo domingo, día 26, a las siete de la tarde, para dar posesión de la plaza de Académico Numerario al escritor D. Camilo José Cela y Trulock.
Le contestará, en nombre de la corporación, el académico D. Gregorio Marañón y Posadilla."

El diario ABC no salía los lunes por lo que la noticia de la toma de posesión la encontramos en la edición correspondiente al 28 de mayo.
En su sección de huecograbados aparece una foto de D. Ramón Menéndez Pidal, Presidente de la RAE, imponiendo a Camilo José Cela la medalla de académico, después de haber leído el recipiendario el discurso de ingreso. Nos informa también de que ocupó la Presidencia del acto el Ministro de Educación Nacional, D. Jesús Rubio (Vestido con uniforme militar)
En su página 43 ,sin firma ,titula la noticia del siguiente modo:

"DON CAMILO JOSE CELA PRONUNCIO EL DOMINGO SU DISCURSO DE INGRESO EN LA REAL ACADEMIA SOBRE "LA OBRA LITERARIA DE SOLANA". (...)

"Con la sala abarrotada de público. (...) Presidió el acto el Ministro de Educación Nacional, D. Jesús Rubio, acompañado del Presidente de la Academia, D. Ramón Menéndez Pidal, y de los académicos D. Julio Casares, D. Leopoldo Eijo Garay y D. Luis Martinez Kleiser, D. Vicente García de Diego y D. Emilio García Gómez.
En el estrado ocuparon sus sillones el resto de académicos (14 en total)
Cela lee su discurso (...)
Responde D. Gregorio Marañón:
"Cela tiene adherida a su extraordinaria, vasta y justa reputación de gran escritor la nota antiacadémica que, estoy seguro, le servirá para sazonar, como punta de sal, la gravedad, que empieza a ser solemne, de su fama. (...)

(...) La limitación de Solana, la de sus libros, la de su pintura, era su "siniestrismo", o sea, la incapacidad de ver todo lo que no fuera infeliz, funesto o aciago. (...) "



En el mismo número aparece un artículo, a dos columnas, de Alfonso Sánchez, titulado "AIRE DE LA CALLE" que, entre otras cosas, dice:

"(...) Su discurso (...) estaba impreso con lo de Excelentísimo Sr. y todo delante de su nombre. Él previno que no supone renuncia al vagabundeo: "Los guardia civiles del camino se quedarán atónitos cuando, en mis andaduras por venir, a su pregunta de si llevo o si traigo papeles responda alargándoles una tarjeta en la que, con letra de bulto, se diga:" Camilo José Cela, de la Real Academia Española". Lo más probable es que, de momento y por lo que sí o por lo que no, no me detengan."
(...)

Cela llegó pronto. Charlaba con Juan Antonio Zunzunegui, académico en trance de discurso:
-No lo leeré hasta la primavera próxima. Ahora me voy a Cuba... (...)
Los académicos iban reuniéndose en la Biblioteca. Hice el recuento de académicos gallegos. Con Cela me salieron nueve (...) En el sillón Q, Cela es el tercer gallego de la serie. Eran también de la región el almirante Estrada y D. Manuel Linares Rivas, sus inmediatos antecesores.
(...) Tiene recién 41 años; los cumplió el 11 de mayo de 1957, día en que en los talleres de Mossén Alcover se imprimió el discurso del recipiendario del domingo.
Cela vestía frac (...) ; no se sentó en seguida en el sillón. No se sentó hasta las ocho, terminada ya la lectura del discurso.
(...)
"Los incurables -decía Solana- a la Academia."




El diario INFORMACIONES, en su edición correspondiente al 27 de mayo de 1957, publicó en portada, en su sección "AYER DOMINGO", cinco fotos, de arriba a abajo, en el lateral izquierdo de la página. La segunda es la de Cela, de perfil, con frac y barba, acompañada de la siguiente reseña:

"UN ACADÉMICO.

Abarrotada de público, la Academia escuchó ayer el discurso de ingreso del ex-joven audaz, hoy Excelentísimo Señor, Camilo José Cela; un nuevo inmortal que se ha ganado el sillón, como dijo su recipiendario, el doctor Marañón, por derecho propio."

En su página 2 titula: "DON CAMILO JOSÉ CELA RECIBIDO EN LA ACADEMIA", un artículo, a dos columnas, firmado por P. Corbalán, en el que dice:

"La Real Academia de la Lengua -Limpia, fija y da esplendor- recibió ayer tarde al nuevo académico, Excelentísmo Señor Don Camilo José Cela.
Con el Ministro de Educación Nacional, presidieron el acto el Presidente de la Academia, D. Ramón Menéndez Pidal, y el patriarca de las Indias, (Obispo de la Diócesis de Madrid) doctor Eijo Garay. A un lado y otro del estrado se sentaron los miembros de la docta casa.
(...)
Gran espectación en la sala. Gran lleno. Público hasta en los pasillos. Una señora que llegó tarde recordó a su marido, en tanto buscaba acomodo:

-Ya te he dicho que los domingos no se puede ir a ninguna parte.
Ni siquiera a la Academia.
Entre el público abundaban las señoras y los jóvenes, muchachos y muchachas estudiantes. (...)
El nuevo académico fue introducido en la sala por los señores Laín Entralgo y Calvo Sotelo. Después de una reverencia a la Presidencia, el nuevo académico comenzó a leer su discurso de recipiendario. (...) Frente al pupitre del orador otro pupitre, en el que toma asiento D. Gregorio Marañón. (...)
El señor Cela habló con la mejor voz y el tono más solemne de que fue capaz.( ...) Libro a libro, analizó los seis que el señor Solana en vida escribiera. (...)
El señor Cela no se anduvo por las ramas e hizo desfilar ante la selecta concurrencia que llenaba el salón la fauna humana de lisiados, desheredados, gentes atroces, personajes esperpénticos y demás figuras que el delicado y tierno pintor montañés coleccionó en sus escritos. Con indudable regusto, el señor Cela echó todo aquello entre los mármoles de la "docta casa" y, por una vez, el salón de la Academia fue patio del carpetovetónico ruedo ibérico, violento y rasgado, (...) y así fuimos a dar en un verso de la "Epístola moral a Fabio", aquel que dice: "Iguala con la vida el pensamiento".
(...)

Levantóse a leer su oración, en este momento, el Excelentísimo Señor D. Gregorio Marañón. (...)
Calificó al pintor de "siniestrista", tanto en sus libros como en sus cuadros. Advirtió que el siniestrismo no tiene nada que ver con el tremendismo.
(...) El tremendismo es poca cosa, una moda, un pasatiempo, algo superficial y huidizo. El siniestrismo, por el contrario, es una noble actitud de franco carácter español.
El doctor Marañón -que no lee tan bien como sabe hacerlo Cela- arremetió, seguidamente, contra la semejanza Greco-Goya-Solana. (...) Total, el doctor Marañón echó por tierra una serie de tópicos que, desde hoy, habrá que revisar con cuidado.
Grandes, atronadores aplausos.
(...)El acto terminó con la imposición de la medalla académica al nuevo miembro de la "docta casa".

Alfonso Sánchez, que también escribía en este periódico, tituló, en su sección "Mi columna": "CON UN LLENO HASTA LA Z CELA SE PUSO DE INMORTAL", en la que recogía, someramente, el acto académico, con una nota metereológica:

"Llovía debilmente en la tarde gris del domingo. Era el "orvallo" que enviaban desde Galicia. (...)"



El diario MADRID publicaba el 27 de mayo de 1957 , en su séptima página, un breve suelto titulado: "CAMILO JOSÉ CELA INGRESÓ AYER EN LA REAL ACADEMIA", en el que destaca la lista - se supone que completa- de los académicos que asistieron al acto.
Además de los nombrados en artículos anteriores, estuvieron los señores García Sánchez, Wenceslao Férnandez Flórez, el Marqués de Luca de Tena, Dámaso Alonso, Martínez Kleiser, José María de Cossío, Sánchez Cantón, Vicente Aleixandre, el Duque de la Torre, los señores Almagro y Lapesa, y el académico electo Rafael Sánchez-Mazas.




Recopilación: Felipeángel (c)

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