domingo, mayo 13, 2007

LA CASA COMÚN
























Esta no es la casa de Al Gore; aún no tiene veinte habitaciones desde donde mirar el cambio clímatico que se avecina, pero la vamos construyendo, entre todos, poco a poco, porque vengo observando, día a día, que cada vez son más los que se acercan a esta ventana, supongo que la mayoría por simple curiosidad o, incluso, por equivocación, pero yo creo que mi deber es mantenerla lo más limpia y adecentada posible por si alguien decide darse una vuelta por la cocina o visitar el baño o el comedor que, por ahora, tiene las medidas soñadas por la señora ministra del ramo.
Sé que algunas de las visitas son personas cercanas a mí y que reconocen algunos de los objetos que van decorando las diferentes estancias, porque han visto el papel pintado de las paredes en otros escenarios y saben que algunas hojas de los periódicos son para poner sobre el velador de la peluquería y otras en el suelo, recien fregado, con la sana intención de que no se marquen las pisadas
Hay otros, sin embargo, de los que no sé nada y creo, sinceramente, que está bien no saberlo porque, de no ser así, tal vez me viera influenciado por lo que piensan nada más acercarse a mi ventana; de todos modos, casi siempre tengo la impresión de que se quedan mirando el interior de la habitación más inmediata y que no tienen curiosidad por ver el resto de los aposentos. Aunque descubran que me he dejado el cubo de las erratas en el patio o que soy de esos tipos que escriben frases en las paredes para que el fantasma del gotelé le saque sarpullidos, les invito a visitarlas.
A todos ellos les digo que esta casa es la casa común.

Felipeángel (c)


1 comentario:

Ele Bergón dijo...

Siempre me gustó esta prosa poética de tu admirado León Felipe:

LA VENTANA

Diré algo más de la Poesía. Diré que la Poesía es una ventana. La ventana. La única ventana de mi casa.
Por esta ventana irrumpe la luz e ilumina todo lo ue yo escribo en las paredes.
Y también entra el Viento. El Viento entra y sale por la ventana y un día se lo lleva todo: las paredes, las palabras escritas y este yo que tiene una orgullosa cola de renacuajo...

(Hoy, 16 de mayo de hace dos años, tuve mucha suerte y creo que volví a nacer, por eso ahora miro la vida de otra forma y la ventana de la poesía, que nunca se cerró, permanece abierta)