Esta foto de Marilyn Monroe en el depósito de cadáveres la publicó la revista "Interviú" en su edición correspondiente a la semana que va del 30 de 0ctubre al 5 de noviembre de 1985. No indica el autor. En uno de los dedos de sus pies pusieron una etiqueta: "Caso número 81128 del forense".
Cuando se cumplió el cuarenta aniversario de su muerte escribí y publiqué este artículo, titulado:
ROSAS ROJAS PARA MARILYN
" No sé si tiene mucho sentido recordar a Marilyn Monroe cuarenta años después de su muerte pero, como todo aniversario, es la excusa perfecta para volver a hojear viejas revistas y releer algunos libros poco menos que olvidados. Casi todos vienen a decir lo mismo: que la actriz fue una de tantas víctimas del star system, con el trágico contrapunto de su fallecimiento en circunstancias extrañas, pero no nos engañemos; detrás de la chica vulgar y sin cultura que, desde muy pequeña, se identifica con un mundo poblado de focos y luces de candilejas; detrás de la falsa huerfanita que tiene que vivir en diez casas de acogida hasta que contrae matrimonio con Jim Dougherty, hay una mujer con las ideas claras, la ambición de frente y el arsenal necesario para asaltar la fábrica de sueños.
Conseguirlo no le llevó mucho tiempo. Desde que David Conover le hizo las primeras fotos para la revista "Yank" hasta que firmó el contrato de "La jungla de asfalto", con la convicción de que ya no quitaría más telarañas de los penes de los ejecutivos, sólo transcurrieron 6 años. En ese periodo de tiempo posó, por 50 dólares, para la agencia Blue Book, protagonizó anuncios para la televisión, intervino en cinco comedias que ya nadie recuerda, salvo la de los Hermanos Marx, tuvo sus incursiones en películas porno y una actuación estelar en el mejor calendario de todos los tiempos, el Golden Dreams, cuyos negativos compró Hugh Hefner por 500 dólares para que aquellas fotos fueran el reclamo excepcional del primer número de su revista Playboy.
En el camino del éxito se dejó su nombre -Norma Jean Baker-, el color del pelo y la vergüenza. Cuando ya era el obscuro objeto del deseo de medio mundo, intentó recuperar los negativos pero apenas si consiguió algunos. Fue su regalo de boda para Joe Dimaggio pero no había en esa actitud, ni tenía por qué haberlo, el menor arrepentimiento. La chica que nunca llevaba ropa interior lo tenía muy claro: "Si hubiera observado todas las reglas no hubiera llegado a ninguna parte".
Ahora la tentación vive arriba, si es que podemos ubicar el cielo allí donde las gaviotas tienden a confundirse con los ángeles, y el público admirador tendrá que buscar la niebla en su propia alma y el erotismo en el sueño necrófilo por excelencia: "Eva al desnudo" sobre la mesa número uno del depósito de cadáveres de la ciudad de Los Angeles en manos de un forense inexperto que se dispone a hacer una incisión en forma de Y en la cavidad torácica y abdominal para extraer los órganos que, a continuación, se detallan: un corazón de 300 gramos de peso; el pulmón correspondiente al lado derecho del cuerpo, de 465 gramos de peso; el pulmón correspondiente al lado izquierdo del cuerpo, de 420 gramos de peso; el hígado, de 1890 gramos de peso; el bazo, de 190 gramos de peso; los riñones, de 350 gramos de peso, entre los dos, y, por último, el encéfalo, cuyo peso dio en la báscula un kilo y cuatrocientos cuarenta gramos.
Al cuerpo vaciado de Marilyn le dieron sepultura en el cementerio de Westwood. Amortajado con un vestido verde claro, un echarpe y la peluca que lució en "Vidas rebeldes" ,lo pusieron en una caja de bronce y le dieron el último adiós un reducido número de personas.
Durante veinte años Joe Dimaggio mandó que pusieran dos rosas rojas sobre su tumba. El 1 de septiembre de 1982 dio la orden de que no se enviaran más."
Felipeángel (c)
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