El diario LA VANGUARDIA ESPAÑOLA siguió de cerca, en sucesivas ediciones, todo el proceso de presentación y concesión del Premio Nobel de Literatura al poeta de Moguer.
Su corresponsal en Nueva York, Angel Zúñiga, envió una crónica, publicada el 7 de octubre de 1956, en la que, entre otras cosas decía:
"He leído en uno de los números de LA VANGUARDIA que se intenta pedir para JRJ el Premio Nobel de Literatura. Admirable y justa decisión. (...)
"He leído en uno de los números de LA VANGUARDIA que se intenta pedir para JRJ el Premio Nobel de Literatura. Admirable y justa decisión. (...)
Cuando estuve este verano en Puerto Rico, invitado por su Gobernador, fui a visitar al gran poeta español, que vive en San Juan, en el número 461 de Padre Berrios. Encontré al Juan Ramón de sus últimos retratos con sus barbas blancas patriarcales y con la misma sensibilidad humana, exacerbada, que trascendió a sus mejores poesías..."
Juan Ramón Masoliver
Angel Zúñiga, en cambio, traza en su crónica la "Evocación emocionada de una visita reciente" sus recuerdos del poeta:
"(...) Como entonces dije, encontré a JR en su propio hogar, gracias a la presentación que me hizo el cónsul español en Puerto Rico, Don Emilio Núñez del Río. El gran poeta (...) tenía fiebre y estaba preocupado por su mujer, Zenobia. Hablamos del lejano Moguer (...). Me pareció que sería difícil para Juan Ramón hacer el esfuerzo de eso que llamamos "levantar la casa" para volver a la península. Además, el estado de su mujer le preocupaba demasiado para pensar en éllo.
En la edición del 26 de octubre, Juan Ramón Jiménez comparte foto de portada con los nuevos Embajadores de Cuba e Irak en España, Don Juan José Remos y Rubio y el Señor Khendan, respectivamente; la trágica noticia del descubrimiento de parte del fuselaje de un avión norteamericano que se estrelló en el mar, cerca de la costa catalana; y un grupo de representantes de la industria germana que visitaron la factoría de Seat.
La página 4 está dedicada completamente a JRJ. Incluye un artículo de Pedro Voltes -"Triunfo de la luz, la bondad y la llaneza", en el que destaca su "perfil de asceta moruno"- y un conjunto de noticias relacionadas con la concesión del Premio Nobel, en las que se hace hincapié en su "vida de linea clara y vocación ineludible."Llama la atención la siguiente anécdota:
"Ante las predicciones que se hacían sobre las posibilidades de que recayese el Premio Nobel sobre él, le preguntaron en Puerto Rico: "¿Piensa usted ganar el Premio Nobel de Literatura este año?", a lo que respondió con sencillez: "Hay otros escritores españoles que merecen el Premio Nobel mejor que yo".
"Ante las predicciones que se hacían sobre las posibilidades de que recayese el Premio Nobel sobre él, le preguntaron en Puerto Rico: "¿Piensa usted ganar el Premio Nobel de Literatura este año?", a lo que respondió con sencillez: "Hay otros escritores españoles que merecen el Premio Nobel mejor que yo".
Sólo Juan Ramón Masoliver, conocido escritor falangista que dejó su cargo de primer Jefe Territorial de Propaganda de FET y de las JONS en Cataluña el 25 de febrero de 1940, exiliándose durante un tiempo a Génova, pone la nota discordante en su artículo "JRJ.Premio Nobel":
"(...) El último, que suma el 50 de esta lista, es el de hogaño: el poeta Juan Ramón Jiménez, Juan Ramón por antonomasia, el andaluz universal, el cansado de sí mismo, (...)
"(...) El último, que suma el 50 de esta lista, es el de hogaño: el poeta Juan Ramón Jiménez, Juan Ramón por antonomasia, el andaluz universal, el cansado de sí mismo, (...)
Este año,vaya a saber por qué, el Nobel le tocaba a España y según sucede,l ejos de aunarse los esfuerzos andaban divididos en tres candidatos: Menéndez Pidal, Baroja y JRJ ¿Por la edición bilingüe de "Animal de fondo"? ¿Por su residencia americana? No seamos suspicaces."
Angel Zúñiga, en cambio, traza en su crónica la "Evocación emocionada de una visita reciente" sus recuerdos del poeta:
"(...) Como entonces dije, encontré a JR en su propio hogar, gracias a la presentación que me hizo el cónsul español en Puerto Rico, Don Emilio Núñez del Río. El gran poeta (...) tenía fiebre y estaba preocupado por su mujer, Zenobia. Hablamos del lejano Moguer (...). Me pareció que sería difícil para Juan Ramón hacer el esfuerzo de eso que llamamos "levantar la casa" para volver a la península. Además, el estado de su mujer le preocupaba demasiado para pensar en éllo.
Juan Ramón me hizo un recibimiento que difícilmente puedo olvidar. Casi se le saltaban las lágrimas. Le llevé uno de mis libros, en uno de cuyos capítulos viene recogida mi visita a su finca de Huelva, Fuentepiña, donde está enterrado, bajo un árbol, Platero, y el poeta agradeció muchísimo que se acordaran de él. (...)
Cuando me despedí, me cogió la mano y se la llevó emocionado a su mejilla. Siempre recordaré sus palabras de adiós: "Que Dios le pague la caridad de venir a verme". (...)"
Recopilación: Felipeángel (c)
Recopilación: Felipeángel (c)
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