viernes, febrero 02, 2007

MAN RAY EN MADRID















Lo primero que llama la atención de esta muestra fotográfica de Man Ray en las salas de la Fundación Carlos de Amberes es el tamaño diminuto de las fotografías expuestas, tanto que, para ver bien algunas de ellas, es necesario utilizar la lupa que hay al lado; lo segundo, que no están las más conocidas: "Violín de Ingres", "Lágrimas", los retratos a Meret Oppenheim, o la serie de "Negro y blanco", ...etc.
Dicho ésto, sigue siendo un lujo poder ver los trabajos de una de las figuras emblemáticas del Movimiento Dadá y del Surrealismo.
La Exposición se divide en varios apartados. Comienza con una serie de retratos entre los que se incluye algunos del propio autor; continúa con una hermosa serie de desnudos de Ady Fidelin, su compañera entre los años 1936 a 1940; vemos, a continuación, unas imágenes, tipicamente familiares, en las que Man Ray aparece con Marcel Duchamp y sus respectivas parejas y, acto seguido pero en otra sala, las fotos de objetos y las que muestran su gran afición por el ajedrez, la moda y el arte indígena africano.



A todo este conjunto de fotografías hay que añadir los 14 cortos de Man Ray que se proyectan en una pequeña sala contigua y algunas piezas artísticas muy en consonancia con lo que fue el dadaísmo y el surrealismo.
De todo ello, lo que me pareció más cercano a la obra de algunos fotógrafos actuales, como Chema Madoz, es la serie de los objetos. Sin lugar a dudas, el artista madrileño supera con creces las propuestas creativas de Man Ray pero sus inicios se mantienen fieles a su ideario, escrito en una de las paredes de la sala.
Dice Man Ray:

"A mi lo que me interesa es un objeto que no tiene aire de obra de arte, algo que forma parte de nuestra vida, que coleccionamos todos, sea un objeto útil o inútil.
A veces escojo un objeto ya acabado que se parece a muchos otros y hago de ellos uno solo o los tiro. Los objetos que más me intrigan son aquellos que guardo durante poco tiempo y que después abandono o destruyo. Pero siempre los he registrado, bien fotográfica o pictóricamente. Para mi, eso era la auténtica escultura, entraba en la vida. Uno no estaba obligado a ir a una galería o a un museo para verlos; los teníamos al alcance de la mano."

Felipeángel (c)






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