RAZÓN Y VIDA

Ayer se celebró en la Plaza de Lima de Madrid el "Día de la Familia", un encuentro de feligreses católicos que contó con la presencia de 55 obispos y 500 ministros de la Iglesia, que concelebraron una misa y repartieron la comunión.
Por este motivo el diario La Razón publicó el mismo día una separata de 10 páginas y numerosos artículos y reportajes del acto, que, hoy sabemos, terminó convocando a miles de personas venidas de todos los rincones de España y de algunos países europeos.
Entre toda esa vasta información se incluyen estas dos estadísticas: la de las rupturas matrimoniales, realizada por el Instituto de Política Familiar, y la de la natalidad en la Unión Europea, perteneciente al Instituto Nacional de Estadística.
Uno tuvo ayer el tiempo necesario para poder leer, de cabo a rabo, todas las páginas del periódico, y creerse, en la medida de lo posible, que 7.979.000 ciudadanos vieron, por televisión, el tradicional discurso del Rey en Nochebuena, con un 24´4 por ciento de cuota de pantalla, para la cadena autonómica vasca ETB 2, que lideró la franja horaria; o que "España está a la cola de las ayudas a la familia en Europa, tan sólo un 0´68 % del PIB frente a la media del 2´1% de la UE", un párrafo interesante incluído en el Editorial, pero me niego a pensar que un periódico, con las ideas tan claras como La Razón, publique en recuadro y con tipos destacados una estadística tan confusa como la del INE, sin que se trate de un homenaje velado al rey Herodes, el mismo que, supuestamente, tal día como hoy, mandó matar a los santos inocentes.
Uno puede comprender que se divida el tiempo en fracciones, o la tierra en metros cuadrados, o los productos en kilos, o los líquidos en cuartillos; incluso que se troceen animales y los tengamos con diferentes pesos en el inhóspito hábitat del congelador, pero me niego a admitir que los decimales de una estadística se apliquen a los nacimientos y que las mujeres españolas tengan 1´39 hijos; primero, porque en España no todas las mujeres tienen hijos, y segundo porque, las que los tienen, no han dado a luz uno y cuarto y mitad de otro, sino uno o dos o tres, etc.
Quien se paseara ayer por la Castellana o por las inmediaciones de la Plaza de Lima pudo observar que las familias no tenían un niño en el carrito y medio en el bolso de diseño esperando encontrar el otro medio en otra familia incluída en el mismo grupo estadístico, sino que iban de la mano unidades enteras, muchas de ellas numerosas, felices por oir la palabra de Dios y las consignas del Obispo. Imagino que todas ellas defendían la vida, estaban en contra del aborto y criticaban al Gobierno por su cicatera política de ayuda familiar, lo mismo que viene defendiendo el diario La Razón desde sus comienzos. ¿Por qué admite, entonces, en sus páginas una estadística que parece echa por Jack el destripador o, en el mejor de los casos, por el sutil carnicero de la película "Delicatessen"?

Felipeángel (c)