65 años ya de la muerte de Miguel Hernández, el poeta del pueblo, el luchador, el que leía poesía como si la cortara con un hacha....
Cuando me acerco a tus versos sé que lo hago a la vida que late, al corazón puro de la tierra, al redoble de las manos sobre el pecho del hambre, al combativo impulso de tu pluma fértil.
!Abajo los señoritos del 27, los que te negaron el pan y la sal, mientras meaban los muros de la Academia y prendían fuego a los libros de Lope y Quevedo!
!Qué tristes sus libros de mala memoria!!Qué falsos!
Ni siquiera sus versos te hacen justicia. Son la coartada de la mala conciencia; y Alberti debió tenerla toda su vida, sobre todo cuando uno lee unas páginas tan tristes y dolorosas como las que escribe el periodista José Luis Losa en su libro "Caza de rojos" (Editorial Espejo de Tinta)
Allí relata la historia que Paco Romero Marín le cuenta a Federico Sánchez, que era el seudónimo que utilizaba Jorge Semprún dentro del PCE.
Era el 9 de marzo de 1939; aunque las tropas de Franco no entraron en Madrid hasta casi finales de mes, la guerra estaba perdida y, quien más quien menos, se afanaba en intentar salir del país.
Dice José Luis Losa que Romero Marín estaba en el Campo de Aviación de Monóvar esperando un Dragón francés para huir, como Rafael Alberti , su mujer, La Pasionaria, y otros dirigentes comunistas, y que el poeta gaditano vio a Miguel Hernández y no hizo todo lo necesario para ayudarle, por enemistad o por lo que fuera, tal vez porque todos recordaban la bronca que, dos años antes, tuvieron en la sede de la Alianza de Intelectuales Antifascistas, cuando Miguel escribió en una pizarra: "Aquí hay mucho hijo de puta y mucha puta", al ver la guerra de pacotilla que se habían montado los del mono azul, donde no faltaba comida y buen vino, al contrario que en el frente, frase que le costó un puñetazo de Teresa León, pistola al cinto, y la pérdida de un diente.
Alberti huyó a Orán, apuntando al piloto del avión con la pistola, y Miguel se fue camino de su pueblo.
José Luis Losa advierte que no es ésta la versión que da el poeta en sus Memorias "La Arboleda perdida", y que falsea la verdad abiertamente cuando afirma que "la última vez que vi a Miguel fue en Madrid, cuando después de intentar convencerle de que se refugiase en la Embajada de Chile, escuché de Hernández que se iría andando a su pueblo."
Lo demás ya es sabido: la cárcel de Porlier; la mediación de José María de Cossío; la libertad; la huida a su pueblo, Orihuela; otra detención; otra vez la cárcel; la conmutación de la pena de muerte por doce años y un día, la enfermedad y el fin.
Felipeángel (c)
Felipeángel (c)
3 comentarios:
Hace varios años cuando los dos escribíamos en el "Vicálvaro Informativo" me dijiste:
-A este paso te vas a convertir en una experta en necrológicas. Por supuesto nunca lo fui.Pero ahora lo eres tú, (dicho con todo cariño). Sabes que te leo y aprendo, como siempre, mucho de ti.
En cuanto a lo que escribes sobre Miguel Hernández y el quedarse en ESpaña, te diré que no recuerdo si en el 2004, o 2005, leí un libro recién publicado sobre una biografía de Pablo Neruda que se centraba en los años que vivió el poeta chileno en Madrid.
En ese libro hace referencia a cómo Neruda intentó por todos los medios que Miguel Hernández saliera de España, pero él se negó porque pensaba- algo que le honra- que su sitio estaba en su país.
No recuerdo ni el título, ni el autor del libro, pero cuando pase por la biblioteca de Conde Casal, lo buscaré y te dejaré los datos más concretos.
¿Quién miente? ¿Quién dice la verdad? Es muy posible que nunca lo sepamos. Los hechos existen son las interpretaciones las que difieren siempre.
El libro se llama "El Madrid de Pablo Neruda", el autor es Sergio Macias Brevis. Me parece un libro bastante documetado.
Hay un capitulo titulado "Neruda se contradice" donde hay un informe de Carlos Morla Lynch y expone todo lo que paso con Miguel Hernandez en la embajada chilena. Parece que Juvencio Valle le dijo a Morla que Miguel Hernandez habia declarado " que no se albergara en sitio alguno porque lo considera como una desercion de ultima hora"
No soy experta en ningun poeta, solo lectora de buena poesia, pero lo que afirmas de Alberti me parece bastante fuerte.
Hola felipeángel. No sé si aún visitas tu blog aunque ya no escribas nada en él. Tampoco sé si este comentario saldrá en tu correo. No obstante lo voy a dejar aquí.
Acabo de leer el libro "Miguel Hernández, pasiones, cárcel y muerte de un poeta". Lo ha escrito José Luis Ferris y está editado en Temas de Hoy.
Llevas razón en todo lo que escribes sobre Miguel Hernández. Según esta biografía, tanto García Lorca, como Luis Cernuda y el propio Alberti intentaron minar su carrera. Vicente Alexandre fue su amigo hasta el final. Pablo Neruda es verdad que lo tuvo mucha estima , pero no está muy claro que hiciese todo lo que estaba en su mano para poderle sacar de España y Alberti, efectivamente, no le incluyó en la lista para protegerle en la embajada de Chile y después se fue dejándole en tierra.
Se desprende de la lectura de este libro que el poeta no era tan poco instruido, ni tan pobre como se nos ha dicho, que su gran amor fue Maruja Mallo y que con Josefina Manresa estuvo poco tiempo conviviendo, pero sobre todo encuentro que hace un retrato de Miguel Hernández como una persona impulsiva,honrada, quizás peco de ingenuidad y sobre todo muy consecuente con sus ideas que le llevaron a la muerte.
Espero que sigas bien.
Abrazos.
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