ALFREDO LANDA, UN CRACK

Alfredo Landa suele contar que, cuando rodaba en el mes de febrero de 1963 "El Verdugo", interpretando un pequeño papel como sacristán, el gran actor español José Isbert, al que ya nos hemos referido alguna vez en este blog, le dijo:

"Mira, Alfredo, en esta profesión hay que ser tres cosas: humilde, porque el éxito no es nada; paciente, porque, a veces, el guión tarda, y, éso sí, cuando llega, ir a por todas."

Ayer, el actor que dio nombre a toda una serie de películas de los años 70-80, en las que se mezclaban humor, sexo, enredo y diversión, muy a la española, dijo adiós al cine. Lo hizo en el Festival de Cine Español de Málaga, tras recibir la Biznaga de Oro del Premio Especial Décimo Aniversario, en reconocimiento a toda su carrera cinematográfica.

A mí, el Landa que más me ha gustado no ha sido el del Landismo de películas como "No desearás al vecino del quinto", "Vente a Alemania,Pepe" o "Manolo la nuit", sino el que se atrevió a dar un giro a tiempo a su carrera y supo interpretar a la perfección a un tipo sombrío, como el detective Areta, de "El Crack"(1981) una buena película dirigida por José Luis Garci, o a un pobre diablo como Paco, el Bajo, de "Los Santos inocentes" (1984), dirigido por Mario Camus, o a un prodigioso y muy creíble Sancho que interpretó en la serie sobre "El Quijote", rodada por Gutierrez Aragón para TVE.

En "Tiovivo" lo vi sereno y contenido, como sólo un actor como él puede estarlo después de años de profesión, y en "Sinatra" -tal vez uno de sus mejores papeles y, sin embargo, poco recordado- supo estar a la altura cuando se cruzó en su camino la mejor Ana Obregón que se ha visto en el cine.

Adiós, Alfredo. Disfruta de la vida; nosotros seguiremos disfrutando con tus películas.

Felipeángel (c)