Es el señor obispo de Pamplona
para mí una simpática persona,
pues celoso a los párrocos previene
que el estorbar conviene
el gran reclutamiento
de doncellas sin cuento
que se hace para América en Navarra,
y al impedirlo a la moral se agarra.
Los hombres pueden irse en hora buena
pero las chicas guapas ¿no da pena?
Gracias damos a Dios; ya hemos estado
conformes una vez con el prelado.
He investigado un poco sobre esta letrilla que encontré en un número de la revista satírica "EL MOTÍN", publicado el 22 de mayo de 1881.
El Obispo de la Diócesis de Pamplona al que alude se llamaba D. José Oliver y Hurtado y, efectivamente, el 28 de abril de 1881 dirigió una circular a los párrocos.
En una excelente biografía, escrita por José Goñi Gaztambide, leemos lo siguiente:
"El Sr. Oliver se impresionó vivamente ante la campaña que la prensa local venía haciendo contra la funesta emigración de jóvenes de ambos sexos a la América del Sur; pero, cuando se enteró de que varios agentes andaban reclutando sencillas jóvenes en la Montaña de Navarra y se cercioró de que desgraciadamente producía buen resultado el nuevo alistamiento de los enganchadores, aterrado ante la triste perpectiva moral que esperaba a aquellas infelices montañesas, no pudo guardar silencio por más tiempo. Dirigió una circular a todos los párrocos de la Montaña para que, con todas sus fuerzas y por cuantos medios estuviesen a su alcance, trabajasen por deshacer aquella inicua lista que se había formado (28 abril 1881). El efecto fue fulminante. Los párrocos denunciaron desde el púlpito aquel abominable comercio y la lista se deshizo. El Gobernador Civil y la Diputación Foral de Navarra intervinieron en el mismo sentido. Entonces el obispo extendió la recomendación a toda la diócesis, esperando que los párrocos se esmerarían en trabajar cuanto les fuese posible para impedir aquella continua y dolorosa emigración que privaba a la agricultura y a la industria de sus mejores operarios, y exponía a muchos jóvenes de ambos sexos a un inminente peligro de perder la fe, la religiosidad y las buenas costumbres, sin conseguir el dorado sueño de riqueza, único móvil que les lanzaba a través de los mares."
JOSÉ GOÑI GAZTAMBIDE: "JOSÉ OLIVER Y HURTADO, OBISPO DE PAMPLONA. (1875-1886)".
El Obispo de la Diócesis de Pamplona al que alude se llamaba D. José Oliver y Hurtado y, efectivamente, el 28 de abril de 1881 dirigió una circular a los párrocos.
En una excelente biografía, escrita por José Goñi Gaztambide, leemos lo siguiente:
"El Sr. Oliver se impresionó vivamente ante la campaña que la prensa local venía haciendo contra la funesta emigración de jóvenes de ambos sexos a la América del Sur; pero, cuando se enteró de que varios agentes andaban reclutando sencillas jóvenes en la Montaña de Navarra y se cercioró de que desgraciadamente producía buen resultado el nuevo alistamiento de los enganchadores, aterrado ante la triste perpectiva moral que esperaba a aquellas infelices montañesas, no pudo guardar silencio por más tiempo. Dirigió una circular a todos los párrocos de la Montaña para que, con todas sus fuerzas y por cuantos medios estuviesen a su alcance, trabajasen por deshacer aquella inicua lista que se había formado (28 abril 1881). El efecto fue fulminante. Los párrocos denunciaron desde el púlpito aquel abominable comercio y la lista se deshizo. El Gobernador Civil y la Diputación Foral de Navarra intervinieron en el mismo sentido. Entonces el obispo extendió la recomendación a toda la diócesis, esperando que los párrocos se esmerarían en trabajar cuanto les fuese posible para impedir aquella continua y dolorosa emigración que privaba a la agricultura y a la industria de sus mejores operarios, y exponía a muchos jóvenes de ambos sexos a un inminente peligro de perder la fe, la religiosidad y las buenas costumbres, sin conseguir el dorado sueño de riqueza, único móvil que les lanzaba a través de los mares."
JOSÉ GOÑI GAZTAMBIDE: "JOSÉ OLIVER Y HURTADO, OBISPO DE PAMPLONA. (1875-1886)".
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