"Vivía muy cerca de aquí una familia muy buena gente, que se llevaban la mar de bien unos con otros, vaya, ni un nada de nada.
Un día llegó una vecina y le dijo a la madre de la casa:
- Mira, mujer, mi marido acaba de venir de vendimiar y ha traído un cestón de uva, así que te voy a regalar esta escalita para que la pruebes.
Cuando la madre vio la uva estuvo a punto de comérselas, pero se paró a pensar: se las voy a llevar a mi hijo, que está trabajando el pobre desde el alba y le gustarán.
Y como lo pensó lo hizo.
Fue al sitio donde estaba el hijo:
- Toma, mira qué uva tan riquísima te traigo.
- ¡Madre, qué ricas deben estar! El hijo fue a comerse la uva, pero pensó: Dentro de un rato va a venir mi hermano y las voy a dejar aquí para que se las coma.
Y así que el hermano vino le dijo:
- Toma, esta uva es para ti. Verás qué buena.
El hermano cogió la escalita y la estuvo mirando a ver qué uva arrancaba primero para comerla, pero pensó: No las voy a probar, sino que se las voy a llevar a mi padre, que anda con la mula ara que te ara y estará fatigoso.
Y así lo hizo.
- Tome, padre, mire qué uvas tan jugosas. Son para usted.
El padre las cogió y por la calor que había quiso comerlas, pero pensó: Mi mujer siempre en casa trabajando y nunca la llevo nada. La uva le gustará, digo que sí. Y así hizo. Al llegar a casa le dijo:
- Anda y mira en el zurrón, verás lo que te traigo. Lo más rico que hayas podido ver.
Y la mujer sacó la uva, la puso en la mesa y ya no dijo más."
MANUEL GARRIDO PALACIOS: "Cuentos que me han contado"
Un día llegó una vecina y le dijo a la madre de la casa:
- Mira, mujer, mi marido acaba de venir de vendimiar y ha traído un cestón de uva, así que te voy a regalar esta escalita para que la pruebes.
Cuando la madre vio la uva estuvo a punto de comérselas, pero se paró a pensar: se las voy a llevar a mi hijo, que está trabajando el pobre desde el alba y le gustarán.
Y como lo pensó lo hizo.
Fue al sitio donde estaba el hijo:
- Toma, mira qué uva tan riquísima te traigo.
- ¡Madre, qué ricas deben estar! El hijo fue a comerse la uva, pero pensó: Dentro de un rato va a venir mi hermano y las voy a dejar aquí para que se las coma.
Y así que el hermano vino le dijo:
- Toma, esta uva es para ti. Verás qué buena.
El hermano cogió la escalita y la estuvo mirando a ver qué uva arrancaba primero para comerla, pero pensó: No las voy a probar, sino que se las voy a llevar a mi padre, que anda con la mula ara que te ara y estará fatigoso.
Y así lo hizo.
- Tome, padre, mire qué uvas tan jugosas. Son para usted.
El padre las cogió y por la calor que había quiso comerlas, pero pensó: Mi mujer siempre en casa trabajando y nunca la llevo nada. La uva le gustará, digo que sí. Y así hizo. Al llegar a casa le dijo:
- Anda y mira en el zurrón, verás lo que te traigo. Lo más rico que hayas podido ver.
Y la mujer sacó la uva, la puso en la mesa y ya no dijo más."
MANUEL GARRIDO PALACIOS: "Cuentos que me han contado"
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