Hans Sebald Beham-1544
Bernardino Mei- Sin fecha
Carl Gustav Pilo- Sin fecha
Matthias Meyvogel- Sin fecha
Carlo Cignani- 1690-1700
Dirck van Baburen-1623
Pedro Pablo Rubens- 1612
Jean-Baptiste Greuze-1770
La historia que cuentan estos cuadros se conoce como la de "Cimón y Pero", "Micón y Pero", o "Cimón y Jantipa", aunque casi todas las representaciones pictóricas de la misma, la mayoría de las escuelas holandesas e italianas, lleven el título de "Caridad romana".
Su origen literario se encuentra en los "Nueve libros de los ejemplos y virtudes morales", que escribió el historiador romano Valerio Máximo, durante el reinado de Tiberio ( 14 d. c.- 37 d. c.), después de guerrear en la provincia de Asia junto a su gran amigo Sexto Pompeyo.
No parece una historia romana; tal vez, por los nombres, sea griega; lo que es indudable es que Valerio la incluyó en el capítulo IV de su Quinto Libro, titulado "De la piedad para con los padres", bajo el apelativo de "estrangeros", para afianzar una historia anterior, en la que las protagonistas son una madre y su hija.
Leamos lo que dice en la edición comentada y publicada por don Diego López, "Maestro de Latinidad y Letras Romanas en la muy noble y antigua ciudad de Mérida", impreso en Sevilla por Francisco de Lira, en el año de MDCXXXI." (Lo transcribo con la ortografía actual) :
"Juzguemos que Pero hizo lo mismo cuanto toca a la piedad, lo cual sustentó a su padre Cimón afligido con la misma fortuna, y estando preso, siendo ya muy viejo, dándole su pecho como si fuera algún niño. Admíranse, espántanse los ojos de los hombres, cuando ven pintada la imagen de este hecho y renuevan con la admiración de lo que tienen en frente de la vista, la condición del antiguo caso, creyendo que en aquellas figuras mudas de los miembros ven los cuerpos vivos, y que respiran. Lo cual es necesario acontezca también al ánimo con la pintura de las letras algún tanto más eficaz amonestándoles se acuerden de las cosas antiguas por las que tienen presentes."
(Págs. 113-114)
No parece una historia romana; tal vez, por los nombres, sea griega; lo que es indudable es que Valerio la incluyó en el capítulo IV de su Quinto Libro, titulado "De la piedad para con los padres", bajo el apelativo de "estrangeros", para afianzar una historia anterior, en la que las protagonistas son una madre y su hija.
Leamos lo que dice en la edición comentada y publicada por don Diego López, "Maestro de Latinidad y Letras Romanas en la muy noble y antigua ciudad de Mérida", impreso en Sevilla por Francisco de Lira, en el año de MDCXXXI." (Lo transcribo con la ortografía actual) :
"Juzguemos que Pero hizo lo mismo cuanto toca a la piedad, lo cual sustentó a su padre Cimón afligido con la misma fortuna, y estando preso, siendo ya muy viejo, dándole su pecho como si fuera algún niño. Admíranse, espántanse los ojos de los hombres, cuando ven pintada la imagen de este hecho y renuevan con la admiración de lo que tienen en frente de la vista, la condición del antiguo caso, creyendo que en aquellas figuras mudas de los miembros ven los cuerpos vivos, y que respiran. Lo cual es necesario acontezca también al ánimo con la pintura de las letras algún tanto más eficaz amonestándoles se acuerden de las cosas antiguas por las que tienen presentes."
(Págs. 113-114)
Felipeángel (c)
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