miércoles, septiembre 08, 2010

DE ESCRITORES Y PUTAS: FRANCISCO DELICADO



LOÇANA.- Quiçá no hay muger en Roma que sea estada más festejada que yo, y querría saber el modo y manera que tienen en esta tierra para saber escoger lo mejor, y vivir más honesto que pudiese con lo mío, que no hay tal ave como la que dizen «habe del tuyo». Y quien le haze la jaula fuerte, no se le va ni se le pierde.

VALIJERO.- Pues dexáme acabar, que quiçá en Roma no podríades encontrar con hombre que mejor sepa el modo de cuántas putas hay, con manta o sin manta. Mirá, hay putas graçiosas más que hermosas, y putas que son putas antes que mochachas. Hay putas apassionadas, putas estregadas, afeitadas, putas esclareçidas, putas reputadas, reprobadas. Hay putas moçárabes de Çocodover , putas carcaveras. Hay putas de cabo de ronda, putas ursinas, putas güelphas, gibelinas, putas injuinas, putas de Rapalo, rapaínas. Hay putas de simiente, putas de botón griñimón, noturnas, diurnas, putas de çintura y marca mayor. Hay putas orilladas, bigarradas, putas combatidas, vençidas y no acabadas, putas devotas y reprochadas de Oriente a Poniente y Setentrión; putas convertidas, repentidas, putas viejas, lavanderas porfiadas, que siempre han quinze años como Elena; putas meridianas, ocidentales, putas máxcaras enmaxcaradas, putas trincadas, putas calladas, putas antes de su madre y después de su tía, putas de subientes e deçendientes, putas con virgo, putas sin virgo, putas el día del domingo, putas que guardan el sábado hasta que han xabonado, putas feriales, putas a la candela, -[fol. 17v]- putas reformadas, putas xaqueadas, travestidas, formadas, estrionas de Tesalia. Putas avispadas, putas terçeronas, aseadas, apuradas, gloriosas, putas buenas y putas malas, y malas putas. Putas enteresales, putas secretas y públicas, putas jubiladas, putas casadas, reputadas, putas beatas, y beatas putas, putas moças, putas viejas, y viejas putas de trintín y botín. Putas alcagüetas, y alcahuetas putas, putas modernas, machuchas, inmortales, y otras que se retraen a buen vivir en burdeles secretos y públiques honestos que tornan de principio a su menester.

LOÇANA.- Señor, ésas putas reiteradas me pareçen.

VALIJERO.- Señora, ¿y latín sabéis? «Reitero, reiteras...» Por tornároslo a hazer otra vez.

LOÇANA.- Razón tiene vuestra merçed, que agora dio las siete.

VALIJERO.- Tené punto, señora, que con ésta serán ocho. Que yo tornaré al tema dó quedamos.

LOÇANA.- Dezíme, señor, ¿hay casadas que sean buenas?

VALIJERO.- Quien sí, quien no. Y esse es bocado caro y sabroso y costoso y peligroso.

LOÇANA.- Verdad es que todo lo que se haze a hurtadillas sabe mejor.

VALIJERO.- Mirá, señora; habéis de notar que en esta tierra a todas sabe bien, y a nadie no amarga, y es tanta la libertad que tienen las mugeres, que ellas los buscan: llaman, porque se les rompió el velo de la honestidad, de manera que son putas y rufianas.

LOÇANA.- ¿Y qué quiere dezir rofiana? ¿Rameras o cosa que lo valga?

VALIJERO.- Alcagüetas, si no lo habéis por enojo.

LOÇANA.- ¿Cómo? ¿Que no hay alcagüetas en esta tierra?

VALIJERO.- Sí hay, mas ellas mismas se lo son las que no tienen madre o tía, o amiga muy amiga, o que no alcançan para pagar las rufianas; porque, las que lo son, son muy taimadas y no se contentan con comer y la parte de lo que hazen haber, sino que quieren el todo y ser ellas cabalgadas primero.

LOÇANA.- Esso del todo no entiendo.

VALIJERO.- Yo's diré. Si les dan un ducado que les lleven a las que se han de echar con ellos, dizen las rufianas: «El medio es para mí, por su parte de él. ¿Y vos no me habéis de pagar, que os he habido un hombre de bien, de quien podéis vos sacar cuanto quisiéredes? Amiga, yo no quiero avergonçar mis canas sin premio. Y, como os lo he habido para vos, si yo lo llevara a una que siempre me añade, en mi sesso estaba yo cuando no me quería empacher con pobres. ¡Esta y nunca más!» De manera que como pueden ellas a los prinçipios impedir, han paçiençia las pobretas, y se escusan el posible si pueden hazer sin ellas.

LOÇANA.- Señor, mirá: para muger, muy mejor es por mano de otrie que de otra manera, porque pierde la vergüença y da más autoridad que cuantas empanadas hay o ençeradas, como vos dezís.

VALIJERO.- Señora, no's enogéis. Que sean emplumadas cuantas aquí hay, por vuestro serviçio, y quien desea tal offiçio.

(FRANCISCO DELICADO: "Retrato de la Lozana Andaluza"- Venecia- 1528)



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